Las agresiones por pinchazos en entornos de ocio nocturno siguen ocurriendo y sumando víctimas, a pesar del lento avance en las investigaciones que tienen que averiguar quiénes son los agresores y con qué finalidad pinchan a las víctimas. El último caso conocido ha sido el de una joven que, según relata en su cuenta personal de Twitter, fue víctima de un pinchazo la noche del pasado miércoles al jueves, entre el 14 y el 15 de septiembre, en la popular discoteca Razzmatazz, en Barcelona. La víctima, además de denunciar delante de los Mossos y públicamente la agresión sufrida, también critica la actuación del personal del club, ya que, según explica, le negaron la agresión, la cuestionaban constantemente y le impidieron llamar a la policía o avisar una ambulancia. La chica, sin embargo, ha presentado una denuncia formal a los Mossos d'Esquadra, los cuales se encuentran investigando el caso.

La chica notó un pinchazo en el brazo y alertó al personal de seguridad

La víctima, que responde al nombre de Marta, ha utilizado Twitter para exponer su caso, lamentando y criticando la atención recibida al denunciar una agresión de este tipo, teniendo en cuenta que los pinchazos han estado el gran temor del verano para la población femenina, que son las principales víctimas. Marta explica que hace público su caso porque "si puede ayudar aunque sea a una chica con eso, se da por satisfecho".

Tal y como relata la chica, estaba en una de las salas de la discoteca con dos amigas cuando una persona se le lanzó a la espalda, momento en el cual asegura que notó un pinchazo en el brazo. Al cabo de unos minutos siente que aquel mismo brazo se le empieza a dormir, y va al lavabo para inspeccionárselo, dándose cuenta de que tenía una pequeña marca roja justo en el sitio donde había notado el pinchazo. Para corroborarlo, Marta adjunta una imagen de la marca que tenía en el brazo.

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La marca del pinchazo que la joven asegura haber sufrido a Razzamatazz. / Foto: @camfraxx en Twitter

En este momento, las tres chicas se acercan a un miembro del personal de seguridad para explicarle que la habían pinchado. Y es precisamente aquí cuando empieza el calvario de Marta y sus amigas.

El personal de la discoteca negaba el caso de la chica, la cuestionaba e intentaba sugestionarla, según relata la víctima

El vigilante de la discoteca condujo a la víctima y sus amigas a unas habitaciones situadas en el sótano de la discoteca, donde un supuesto enfermero las esperaba. En el momento la chica no cayó, sin embargo, "ahora, viéndolo con otra perspectiva, era un hombre vestido de calle, y cuando entré no me dejó explicarme ni me miró el brazo", escribe Marta.

El enfermero, según relata la chica, empezó a acusarla de estar inventándose la agresión porque "no ha habido nunca ningún caso de pinchazo en una discoteca". El supuesto sanitario, junto con otra chica que no paraba de hacer preguntas a la víctima y sus amigas, decían a la chica que podían llamar a una ambulancia, pero, acto seguido, "empezaban a meterme el miedo al cuerpo diciendo que vendría una ambulancia con los policías".

Entonces Marta, asustada y con un "lío em la cabeza" salió fuera con sus amigas, acompañadas en todo momento por el personal de seguridad y la misma chica de antes; sin embargo, según ella, no era por protección, sino que sospecha que era para evitar que entrara en razón. Fuera, la trabajadora de la discoteca y los vigilantes siguieron afirmando que en Razzamatazz no había habido ningún caso de pinchazo y que se lo habría hecho ella "con el piercing del ombligo". Antes de, finalmente, poder marcharse a casa, la trabajadora hizo firmar un papel a la víctima conforme ella "se marchaba voluntariamente".

La chica se ha hecho las pruebas, que confirman que sufrió un pinchazo, pero no se detecta presencia de sustancias químicas

Al día siguiente, Marta fue al CAP, desde donde la derivaron al hospital para llevar a cabo el protocolo establecido ahora hace unos meses por|para estas agresiones.

En el hospital, le confirmaron que había sido víctima de un pinchazo, tal y como ella aseguraba al personal de la discoteca sin que estos la creyeran. Como en la mayoría de casos, las pruebas no han detectado la presencia de drogas o sustancias químicas en el organismo de la chica.

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La víctima adjunta una foto donde el hospital confirma el pinchazo. / Foto: @camfraxx en Twitter

Los pinchazos como arma para sembrar terror, según los Mossos

Marta, finalmente, ha presentado una denuncia formal por esta agresión por pinchazo en una comisaría de los Mossos d'Esquadra. Allí, los agentes que la atendieron le explicaron que hay decenas de casos, pero que en la mayoría de ellos no se detecta la inyección de drogas ni se registra ningún delito sexual por sumisión química o ningún robo. La principal hipótesis de la policía catalana es que los agresores, de los cuales solo se ha identificado a uno en todo el verano, al menos que haya trascendido, pinchan a las chicas con el único objetivo de sembrar el pánico. Sin embargo, como en todos los casos, la incógnita continúa abierta: no hay presencia de droga, pero las víctimas aseguran notar síntomas y sensaciones extrañas.