En menos de 48 horas Catalunya ha vivido una secuencia de hechos fatales. Tres homicidios, tres muertes violentas en Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Tortosa (Tarragona) y este lunes a última hora en el barrio de la Mina de Sant Adrià de Besòs (Barcelona). Un hombre de 44 años, vecino del barrio y muy conocido en la Mina, fue disparado por otro conocido con una escopeta. Las heridas eran graves y, todavía con vida, pudo ser trasladado al CAP del mismo barrio, pero ni los médicos ni los técnicos pudieron hacer nada para salvarle la vida. Acabó muriendo.
Una disputa entre familias, motivos del tiroteo
Alrededor de las ocho y media de la noche la Policía Local de Sant Adrià de Besòs y los Mossos d'Esquadra recibieron el aviso de un enfrentamiento en la calle de Rosalia de Castro, en el corazón del barrio de la Mina. Aunque todo se inició por una disputa de tráfico y coches, fue subiendo de tono.
De fondo, pero, más allá de esta discusión ridícula, según las primeras informaciones recogidas por los agentes del Área de Investigación Criminal (AIC) de la región policial Metropolitana Norte, hay un enfrentamiento entre dos familias rivales, dos clanes ubicados en este barrio y que acostumbran a acabar sus enfrentamientos a golpes, o peor, a tiros. Entre algunos de los desacuerdos entre las dos familias enfrentadas, la policía sospecha que podría haber también el cultivo y tráfico de marihuana, que se ha convertido casi en el monocultivo de algunas zonas de este barrio del área metropolitana.
Ayer uno de los dos bandos decidió abrir fuego con una escopeta, hiriendo al hombre, de 44 años y nacionalidad española, que quedó sobre un charco de sangre. Los esfuerzos de los médicos del CAP del barrio no pudieron hacer nada para evitar que las heridas acabaran siendo mortales.
Refuerzo policial pero sin detenidos
Ahora mismo, pocas horas después de este nuevo tiroteo en la Mina, no consta que los Mossos d'Esquadra hayan podido detener al autor de los tiros. Las investigaciones en esta zona, hostil para la policía, son complicadas y con mucha poca colaboración por culpa de una mezcla entre el miedo y la complicidad. Se han activado los canales habituales de investigación e interlocución con la comunidad que reside en la Mina para tratar de averiguar este nuevo crimen que ha vuelto a sacudir y hacer llover sobre mojado en el barrio.
Para evitar nuevos enfrentamientos, que muchas veces se generan después de hechos luctuosos como estos, por revanchas entre las mismas familias, los Mossos han reforzado la vigilancia en el barrio con equipos de orden público.
La Mina necesita "la dignidad que se merece"
La alcaldesa de Sant Adrià, la socialista Filo Cañete, ha alertado que situaciones como esta no se pueden normalizar y asegura que para que el barrio tenga la dignidad que se merece y "una vida segura", hace falta más presencia policial en las calles y "más contundencia de todas las administraciones con el fin de recuperar el espacio público de la Mina", ahora convertido en la zona cero de la inseguridad cerca del río Besòs. Desde el consistorio se reclama más presencia policial a la zona para evitar posibles derivadas, como represalias entre familias.
En una reciente entrevista a EFE la alcaldesa aseguraba que de los 100 agentes que había en la comisaría que da servicio a este conflictivo barrio de Sant Adrià ya solamente quedan 80 y que hacen falta también refuerzos de la Brimo y del ARRO, los equipos de orden público de la policia catalana, para intentar pacificar la zona.