Las cosas se han complicado aún más. Aunque el hombre de 59 años de nacionalidad marroquí detenido por los Mossos d'Esquadra por haber, supuestamente, matado a Rachida, su esposa, de 51 años, en Vic, niega los hechos y asegura que ella se fue sola, los Mossos han confirmado que el cadáver que fue encontrado entre Sant Martí de Centelles y Centelles, el viernes por la tarde de la semana pasada, es ella. Es el cuerpo de la mujer que buscaban y que la policía cree que fue asesinada por él. El pasado del hombre, que trabajó en una empresa de la zona, más las triangulaciones de su terminal móvil y unas pruebas forenses hechas en el vehículo del hombre, han llevado a los investigadores de la Unidad Central de Personas Desaparecidas de la DIC de los Mossos hasta el cuerpo, tal como avanzó ElCaso.com a pesar del habitual exceso de celo de la policía catalana por facilitar información. El cadáver de Rachida estaba en avanzado estado de descomposición y en un lugar complicado de acceder. Las pruebas forenses han confirmado, no obstante, que era ella y ahora se deberá confirmar cómo murió. Las sospechas de la policía catalana son que el hombre la golpeó y luego la trasladó hasta esta zona apartada de Centelles en el maletero del coche. La División de Policía Científica de los Mossos encontró restos de sangre de la mujer en el portaequipajes.

El detenido, la pareja de la mujer y el padre de los cinco hijos que tenían en común, ingresó en prisión el mismo lunes, pocas horas después de ser detenido en Vic. Ante el juez explicó que el 19 de abril, cuando la mujer, según él, se fue, la vieron en la zona de la estación de tren de la capital de Osona. Las contradicciones del hombre y los seguimientos policiales confirmaron que escondía algo. La detención, aunque aún no habían localizado el cadáver, se precipitó el sábado 11 de mayo, cuando supieron que el hombre tenía intención de escapar de Cataluña y marchar a su país, Marruecos, donde hubiera sido muy complicado poder reclamarlo si finalmente se le hubiera podido relacionar con el crimen. Los investigadores especializados en personas desaparecidas de los Mossos tenían claro que él la había matado, pero no dejaba de ser una detención arriesgada; si el juez no lo veía claro y no ingresaba en prisión, podía irse, destruir pruebas y escapar a Marruecos. El registro en su casa no aportó nada relevante, pero la inspección ocular del vehículo sí permitió encontrar restos de sangre, hecho que dejó en bandeja de plata la petición a la Fiscalía para solicitar el ingreso en prisión.

Localizado el cadáver de Rachida

Con el hombre entre rejas siguieron los registros y la búsqueda del cadáver. Él niega tener nada que ver, pero los investigadores le advirtieron. Con su colaboración o sin ella, encontrarían el cadáver. Tenían varios puntos y los fueron revisando, con la ayuda también de guías caninos. El viernes localizaron el cadáver en una zona cercana a una empresa donde él había trabajado hace años. Este martes, bajo la dirección de la jueza de delitos contra la mujer de los juzgados de Vic, se hizo la reconstrucción del crimen y se llevó al hombre hasta la zona donde los Mossos encontraron el cadáver. Se desconoce, a estas horas, si aceptó el crimen o si declaró o colaboró con el fiscal y la magistrada; luego regresó a la prisión de la Roca, Quatre Camins, donde se prevé que estará durante años.

Con la localización del cadáver se cierra un primer capítulo de un caso que ahora adquiere una nueva dimensión, con la instrucción por homicidio, pero con el cadáver, que podrá arrojar luz sobre cómo, supuestamente, fue muerta por su marido, y también por los hijos, que ahora podrán repatriar el cuerpo de la mujer a Marruecos, de donde era originaria la familia.