Un juzgado de Granollers ha condenado a dos policías locales de Sant Antoni de Vilamajor (Vallès Oriental) a 1 año y 3 meses de prisión por amenazar a un vigilante de seguridad privada. Los agentes se hicieron pasar por ladrones y simularon que lo apuntaban con un arma.

Una broma de mal gusto

Según la sentencia, a la que ha tenido acceso SER Catalunya, los acusados J.M.A.R y J.D.B, agentes interinos de la policía local de este municipio, la medianoche del 4 al 5 de noviembre de 2018 se disfrazaron de ladrones "para acoquinar y causar temor" a la víctima, un hombre contratado como vigilante privado de la urbanización Can Miret de Sant Antoni de Vilamajor, donde se habían producido una serie de robos en casas los últimos meses. A consecuencia de eso, el vigilante ha estado más de un año y medio en tratamiento psicológico por estrés postraumático grave y ha tenido que dejar el trabajo por incapacidad permanente absoluta.

Fue una broma de mal gusto que se les fue de las manos. Los agentes llamaron al vigilante para confirmar si trabajaba. Después, se vistieron con ropa oscura y la cara tapada para hacerse pasar por ladrones y perseguir a toda velocidad a la víctima, la cual se pensaba que la querían matar. En dos ocasiones, los agentes apuntaron al hombre con la porra extensible, simulando que era un arma. El vigilante pidió ayuda en casa de un Mosso d'Esquadra de la localidad, pero sin éxito. Después lo intentó en casa de un policía municipal de Montcada i Reixac. "Cuando abrí la puerta, prácticamente no podía respirar. Sólo repetía: "Me quieren matar, me quieren matar", recordó en el juicio.

En esta casa llamaron a la policía local de Sant Antoni de Vilamajor, pero poco se podía esperar, ya que los agentes que lo tenían que ayudar se estaban sacando el disfraz de ladrón, pero se olvidaron sacarse el 'buff' negro que les tapaba la cara. Los dos acusados admitieron que habían sido ellos los que habían perseguido y atemorizado sin ninguna razón al vigilante, dice la sentencia.

Diferentes versiones en el juicio

Durante el transcurso del juicio, celebrado este mes de mayo, los agentes de policía cambiaron de versión. Primero, afirmaron que no pretendían atemorizar a la víctima, sino que querían "hacer vigilancias conjuntas" vestidos de paisano "para pasar inadvertidos". Sin embargo, el magistrado Daniel Almeria, del penal 2 de Granollers, no los creyó: "no son fiables ni verosímiles" porque "resulta incongruente que circularan en su vehículo particular con dos buffs tapándoles íntegramente la cabeza".

"A mi entender, los hechos no son sólo una broma execrable bajo todos los puntos de vista (profesional, moral, etc.) con efectos devastadores en la víctima, sino que además constituyen un delito de amenazas", concluye al magistrado en la sentencia. También añade: "Los autores eran policías en aquel momento con el reproche adicional que eso, sin duda, tiene que comportar".

Los agentes de policía se enfrentan a la pena de prisión y a pagar una indemnización de 48.281 euros a la víctima por lesiones psíquicas que lo han llevado, incluso, a intentar suicidarse. Actualmente, uno de los condenados es policía local de Carcaixent, en Valencia. El otro ha dejado la profesión y se ha mudado a Sevilla.