Beatriz Zimmermann, la madre de Anna y Olivia, las niñas secuestradas en Tenerife por su padre, Tomás Gimeno, hace ya tres semanas, se derrumba y publica un desesperado mensaje, esperando que la colaboración ciudadana y la investigación de la Guardia Civil le devuelvan a sus hijas.
Tres semanas sin Anna y Olivia, secuestradas por Tomás Gimeno
Otro día de búsqueda sigue con el rastreo a contrarreloj de mar, agua y tierra, para encontrar con vida a las niñas desaparecidas en Tenerife hace 22 días.
Un nuevo rastreo de la finca de Tomás Gimeno en Igueste de Candelaria ha revelado inquietantes detalles, pero que no ha obtenido pistas concluyentes.
Además, la Guardia Civil ha sacado hoy del mar el barco del padre también desaparecido, que fue encontrado vacío y a la deriva el día después de perderle el rastro a las niñas y el hombre.
Dos perros adiestrados para encontrar restos biológicos se encargarán de buscar nuevas pistas que esclarezcan cómo fue la huida de Tomás Gimeno, que aparecía solo en las grabaciones de seguridad del puerto, y si llevaba consigo a las niñas en la embarcación.
Las buscan en el fondo del mar: refuerza la hipótesis de asesinato
La hipótesis del parricidio empieza también a cobrar fuerza tras el comunicado de María Gámez, directora de la Guardia Civil, este martes, en el que informó que se preveía incorporar un sonar y un robot acuático cedidos por el Instituto Español de Oceanografía para buscar a Anna y Olivia en el fondo del mar.
Estas previsiones han derrumbado finalmente a Beatriz, la madre de las niñas, que lleva semanas lanzando mensajes esperanzadores y dando las gracias por la gran difusión de las imágenes de las pequeñas, después de pasar su cumpleaños sufriendo la ausencia de sus hijas.
Beatriz, la madre de las niñas desaparecidas en Tenerife, se derrumba
Hoy, Zimmermann, que se separó de Tomás Gimeno en 2020 y recibió su último mensaje la trágica noche de la desaparición, diciendo que no las volvería a ver, ha publicado un mensaje en las redes sociales que ha conmovido a todos los seguidores del estremecedor caso.
"Tres semanas... Ya no me salen casi las palabras ... Yo también quiero desaparecer ... Ya no tengo fuerzas... Esto es una tortura... Lo que más me duele es pensar que no puedo saber cómo están, no poder hablar, no saber cuándo las voy a ver", escribía, derrotada.
"Ya no tengo fuerzas, esto es una tortura"
La mujer, que siempre se ha mostrado fuerte "por mis hijas, que me necesitan", ha seguido el comunicado lanzando unas últimas palabras de esperanza y súplica: "Pero no podemos rendirnos... las niñas me necesitan y yo a ellas... Por favor, no paremos de compartir las imágenes por todo el mundo ... No olvidemos que la perseverancia y continuidad es lo que logra finalmente los resultados... Sé que todos tienen sus vidas, sus problemas y que seguir escuchando cosas tristes les pondrá más tristes, pero ¿se imaginan que gracias a todos los esfuerzos las encontremos? Todos juntos podemos si actuamos como una gran familia".
Finaliza el comunicando agradeciendo la ayuda: "De corazón les doy las gracias por seguir cada día compartiendo las imágenes por todo el mundo... Gracias, gracias, gracias".