Agentes de la Guardia Civil sacan la lancha de Tomás Gimeno, el padre que secuestró a sus hijas Anna y Olivia, de 1 y 6 años en Tenerife hace más de 20 días, del mar para poder analizarla en profundidad y que los perros especializados en rastrear restos biológicos lo inspeccionen.
Sacan la lancha de Tomás Gimeno del mar
La Guardia Civil ha izado y puesto en un remolque la embarcación de Tomás Gimeno, el padre de Anna y Olivia, las niñas desaparecidas en Tenerife, para volver a revisarla, esta vez con la ayuda de los dos perros adiestrados para hallar restos orgánicos, que también se han encargado de rastrear la finca de Igueste de Candelaria.
La previsión, según fuentes de la investigación, es que a lo largo de la jornada de este miércoles, se registren el coche y el barco en el que Gimeno fue visto por última vez antes de que se le perdiera el rastro solo, sin la compañía de sus niñas, en el puerto de la Marina de Güímar.
Los perros la analizarán otra vez en busca de restos biológicos
En esa embarcación la Guardia Civil halló en un primer registro restos de sangre, que resultaron ser del padre, y se confirmó que la lancha no tenía ancla.
Este detalle refuerza la teoría de que Tomás pudo matar a las niñas y lanzar los cadáveres al mar con algún peso para que no fuesen encontrados.
Es por eso que este martes la directora de la Guardia Civil, María Gámez, avanzaba que se ha solicitado la incorporación de un sonar y un robot acuático a la búsqueda de las niñas desaparecidas, ahora en el fondo del mar. El cuerpo militar está a la espera de la autorización judicial para la cesión de los aparatos por parte del Instituto Español de Oceanografía.
Mientras las diligencias siguen abiertas, el entorno de Tomás hace declaraciones en las que sacan a relucir su lado más oscuro, hablando de su vida paralela a la familia que formó con Beatriz Zimmermann, de la que se separó en verano de 2020.
Además, sus vecinos lo calificaron de violento y aseguraron que era conocido por haber protagonizado más de una pelea de bar.