El último registro en la finca de Tomás Gimeno en la localidad tinerfeña de Igueste de Candelaria acabó este lunes sin pistas concluyentes. Los perros que rastreaban restos biológicos no encontraron pruebas definitivas, pero hay detalles inquietantes que han trascendido.
Cuarto registro en casa de Tomás Gimeno en Tenerife
La Guardia Civil registró este lunes por cuarta vez la casa de Tomás Gimeno para buscar rastro de Anna y Olivia, de 1 y 6 años, a las que secuestró hace más de veinte días en el Puertito de Güímar.
Esta intervención buscaba ropa y juguetes de las niñas que debían estar en la casa, donde la madre, Beatriz Zimmermann, fue la noche de la desaparición y vio que faltaban muchas cosas.
Desde el primer registro se pudo apreciar el desorden y la suciedad de la vivienda, y fue entonces cuando se hallaron inquietantes detalles que ahora salen a la luz. Dentro de la casa encontraron un rollo de bolsas de basura que podrían ser las mismas con las que se vio partir a Tomás Gimeno en las imágenes de seguridad del puerto de la Marina.
Suciedad, desorden, tierra removida y bolsas de basura
Maletas, bolsas y bultos fueron sus acompañantes en la embarcación que apareció al día siguiente a la deriva, sin ancla y con restos de sangre, que resultaron ser de Gimeno.
Las bolsas de basura, junto a otro detalle detectado en la parcela refuerzan la versión más trágica: que Tomás matase a las niñas y tirase sus cadáveres al mar.
Este detalle es un trozo de tierra removido, como en un intento de cavar un hoyo para ocultar algo, aunque no debió ser la salida elegida por el secuestrador, ya que la Guardia Civil no encontró nada en los exteriores de la finca.
Buscan a Anna y Olivia en el fondo del mar
El fatal desenlace se baraja como una de las hipótesis, ya que la falta de pruebas mantiene todas las líneas de investigación, y ahora se trata de una de las posibilidades centrales, tras confirmar desde la dirección de la Guardia Civil de la próxima incorporación de un sonar y un robot acuático a la búsqueda para buscar a las niñas en el fondo del mar.
Mientras la investigación sigue en marcha, el entorno personal de Tomás Gimeno, el padre secuestrador, muestra nuevas versiones del hombre, destapando su lado oscuro de mujeriego y protagonista de violentas peleas de bar.
Por su parte, la madre, Beatriz Zimmermann, no para de mandar mensajes de esperanza y suplica a su expareja que no les haga daño, "porque no tienen culpa".