Albert Pinto, de 36 años, es el hombre que ha ingresado en la prisión para asesinar, torturar y agredir sexualmente su pareja, una chica de 19 años, en Campdevànol (Girona). La víctima se llamaba Anna y, según la investigación, sufrió una muerte muy lenta y dolorosa: tenía más de 60 heridas, traumatismos por todo el cuerpo, quemaduras y cortes en la vagina. Este hombre es un maltratador de mujeres en serie y su expareja ha explicado con todo tipo de detalles el infierno que vivió con él.

El diario NIUS ha entrevistado la expareja del presunto asesino, que lo denunció por violencia de género. Empezaron a salir y, los primeros tres meses, todo iba sobre ruedas, pero Albert no tardó en mostrar su verdadera cara. Siguiendo el modus operandi típico de los maltratadores, lo hizo de manera gradual y, poco a poco, la violencia fue escalando.

El asesino de Campdevànol maltrataba a su expareja

Igual que con la víctima mortal, Alberto Pinto tenía un control absoluto sobre toda su vida. La aisló, la convenció para dejar el trabajo e ir a vivir con él en Campdevànol y, a partir de entonces, todo se complicó todavía más. No le dejaba vestir según qué ropa, los insultos eran constantes y la tenía completamente aislada.

"Su madre me dijo que no podíamos seguir así, que cualquier día me mataría"

Al cabo de poco tiempo, empezaron las agresiones físicas y, por este mismo motivo, lo denunció en cuatro ocasiones diferentes. "Una vez que me dio un golpe en el coche y tuvimos que salir del coche corriendo porque nos vieron a los vecinos. Estábamos al lado de su casa y salí chorreando de sangre. Toda la cara, el pelo y el jersey manchados de sangre. Estuvimos en su casa y ahí fue la única vez que su madre me dijo que no podíamos seguir así, que cualquier día me mataría," explica su expareja a NIUS.

También ha aprovechado la ocasión para decir que ella no fue la única mujer que lo denunció y que tiene otras denuncias de exparejas que lo denunciaron por exactamente lo mismo. Afortunadamente, este asesino machista está en la cárcel provisional y sin fianza y, teniendo en cuenta la gravedad de los hechos y sus múltiples antecedentes por violencia de género, pasará muchos años entre rejas.