El hombre de 36 años que la semana pasada asesinó a su pareja, Anna, en un piso de Campdevànol, ha vuelto al escenario del crimen. Lo ha hecho trasladado desde la prisión, donde ingresó el fin de semana, y en medio de un gran dispositivo de los Mossos d'Esquadra para evitar ser agredido por los vecinos del municipio, que ya lo intentaron cuando salió del juzgado de guardia de Ripoll. En la prisión de Figueres sí que le llegaron a la cara y fue agredido en el patio de la prisión.
Este miércoles, agentes del Área de Investigación Criminal (AIC) de Girona, que son los encargados de investigar el caso, acompañaron al detenido al piso para ampliar el registro, buscando el arma del crimen y también restos del asesinato, que puedan ayudar a aclarar exactamente el cual pasó.
Una muerte lenta y dolorosa
Todas las pruebas forenses e investigaciones concluidas hasta ahora demuestran que fue un asesinato muy escandaloso. El cuerpo de la chica tenía más de 60 heridas, entre las cuales contusiones, incisiones, quemaduras y varios dientes rotos. Además, los forenses encontraron varias marcas de presión en su cuello, sin que llegaran a asfixiarla. La autopsia también confirmó que el homicida la agredió sexualmente, haciéndole cortes en el interior de la vagina. Anna sufrió una muerte lenta y dolorosa.
Los agentes que llevan el caso han encontrado, durante el registro, sábanas mojadas y recientemente lavadas con grandes manchas de lo que parece sangre. Los especialistas de la policía científica, con el uso de reactivos químicos para revelar restos de sangre, han encontrado en el lavabo y en otros puntos y habitaciones del piso donde fue encontrada la chica. No consta, ahora mismo, que los Mossos encontraran el arma que Alberto P., servió para, presuntamente matar a cuchilladas a su pareja.
Sábanas mojadas
Con el hombre en la prisión, todo el mundo en el pueblo sospecha que quien ha lavado las sábanas para eliminar la sangre ha sido la madre del detenido. La mujer vivía en el mismo piso donde residía la pareja y desde el Ayuntamiento de Campdevànol están convencidos de que la mujer ha colaborado al esconder el crimen. De momento, sin embargo, la mujer no está ni imputada ni detenida a pesar de las sospechas de haber hecho nada cuando tuvo que ver todo el que sucedía o incluso ayudar a su hijo.