Los trabajadores de la mina de potasa de Cabanasses, en Súria (Bages), están con el alma en un puño después del terrible accidente que le ha costado la vida a tres geólogos en un desprendimiento del techo de las galerías. "Estamos tocados. Aquí nos conocemos todos. Este es un pueblo pequeño y todo el mundo tiene alguno familiar, amigo o conocido en la mina. Le puede pasar el accidente al compañero que hace diez minutos se estaba comiendo el bocadillo a tu lado", explica Carlos, que pertenece a una estirpe familiar que hace más de 100 años que trabaja en estas minas. Su turno ha acabado a las ocho de la mañana y no estaba cuando ha pasado el accidente, pero no ha dudado a volver a las instalaciones en saber qué había pasado a sus compañeros.

 

"Eran personas preparadas, pero eso no impide que el accidente le pueda pasar a personas que hace poco tiempo que están en la mina y tienen poca formación o menos experiencia. La mina a veces no avisa. Cae el techo y no se puede hacer nada. Nos habría podido pasar a cualquiera", lamenta Carlos, quién explica que aquel túnel era de reciente creación y que solo hacía unos días que se había abierto. Este trabajador de la mina ha explicado que los trabajos que estaban haciendo los tres geólogos en el momento del desprendimiento eran habituales del día a día y no han hecho nada fuera de lo habitual. Se dedicaban, según ha dicho, a analizar las diferentes capas.

Las tres víctimas eran jóvenes geólogos

Los tres jóvenes que han perdido la vida sepultados en la mina tenían 28, 29 y 31 años. Aunque ninguno de ellos residía en Súria, todos ellos vivían en el Bages. Uno de ellos era natural de Sant Joan de Vilatorrada y los otros dos habían venido a la Catalunya Central procedentes de la Comunidad Valenciana y Colombia. Los tres eran geólogos, dos de ellos estudiantes de máster y otro en prácticas de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC), según ha podido saber ElCaso.cat. Sus nombres eran Daniel, Óscar y Victorio.