Los tiburones también pueden ser drogadictos. Un grupo de científicos ha detectado, "por primera vez en el mundo", tiburones intoxicados con cocaína en Brasil, según ha divulgado este martes la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), organización vinculada al Ministerio de Salud brasileño. El estudio, que ha sido publicado en la revista Science of The Total Environment, ha identificado y relacionado directamente la presencia de cocaína en trece escualos de la especie Rhizoprionodon lalandii, conocido como cazón picudo brasileño. En su mayoría, el estupefaciente habría llegado por las aguas fecales vertidas al mar, aunque también podría haber venido por el narcotráfico. Pero, ¿qué supone este descubrimiento?
No se sabe todavía si tendrán síndrome de abstinencia y esto les podría llevar a adentrarse en zonas más cercanas a la costa, como se supuso en otros estudios anteriormente. Lo que sí se sabe es que los trece tiburones analizados, tres machos y diez hembras, tenían la sustancia en el interior e incluso en doce de ellos habían encontrado benzoilecgonina, que es el principal metabolito de la cocaína. Los investigadores creen que los animales se intoxicaron a partir de la "sobreexposición" a la "gran cantidad" de este estupefaciente que se desecha al mar a través del alcantarillado de Río de Janeiro.
En cualquier caso, la cocaína ya fluye por el fondo marino brasileño. Dado que los tiburones no solo se alimentarían de cocaína libremente, a partir de la sustancia pura, sino a través de otros animales que también la habrían consumido y por lo que pasaría poco después a su sistema una vez ingeridos. Aquí es donde podría radicar la problemática del síndrome de abstinencia, en el caso de que el alcantarillado de Río de Janeiro, supuestamente, dejara de verter cocaína o que los narcotraficantes dejaran de perder el cargamento.
¿Síndrome de abstinencia? La cocaína y los ataques de tiburones
Así lo aseguró el director de Mundopark, Juan Luis Malpartida, en Telecinco, hace apenas un año, que alertaba en el caso español de los peligros de que los narcotraficantes arrojaran "esos fardos" al agua cuando eran descubiertos por la Guardia Civil u otra autoridad portuaria, y que "antes de que se vayan al fondo, un tiburón o cualquier especie de peces, que están acostumbrados a que los pescadores tiren los restos de pescado de las redes, los pueden comer". Y, aquí, es donde estaría el problema, al parecer. En referencia al consumo, el experto aseguró: "Si esto lo hace habitualmente y a diario van fardos de droga al mar, es normal que se altere el sistema nervioso de estos animales. Primero, por la euforia, que hace que se puedan convertir en muchísimo más peligrosos y agresivos".
Todo ello, según Malpartida, podría desembocar en "el síndrome de abstinencia". Aunque, a medio plazo, sea por el alcantarillado en Río de Janeiro u otras zonas del planeta o por los narcotraficantes que tiran los fardos de droga al mar, no parece viable que pueda darse ese síntoma. Pero, si finalmente se sufre una reducción del suministro puede pasar, alertaba el experto, "que pierdan mucho más el miedo, que ya tienen poco, de que se acerquen a la costa" y derive en un incremento de ataques a bañistas.
Respecto a los vertidos de cocaína: riesgo "mínimo" para la salud
En lo que respecta a los vertidos de cocaína, sean de la forma que sean, los posibles impactos negativos en la salud humana son "mínimos", según los investigadores del estudio divulgado este martes por la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz). Esto se debería a que el contacto con el agua es algo esporádico y además esta no se usa para alimentarse o beber, al menos directamente. Aun así, la bióloga Rachel Ann Hauser-Davis recuerda que "muchas veces" este tipo de tiburones se vende de forma "irregular" en los mercados, por lo que harían falta más estudios para responder a esa cuestión. En este sentido, ha adelantado que pretenden recoger y analizar muestras de agua y de otros animales, procedentes de esa y otras regiones de la costa de Río de Janeiro, para ver el alcance de ese fenómeno.