Los traficantes internacionales de cocaína han ideado una nueva manera de intentar colar la droga a través de los aeropuertos. Se trata de un modus operandi conocido como "momias de la droga", bautizado así por la manera en la que las mulas aparecen con el cuerpo envuelto con bolsas llenas de esta sustancia, pegadas con esparadrapo bajo la ropa, quedando todo perfectamente camuflado. La Policía Nacional detuvo a dos personas, un hombre y una mujer, en el aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat que tenían encima 2,516 y 3,055 kilos de estupefaciente, respectivamente.

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Las "mulas" aparecen con el cuerpo envuelto con la droga / Policía Nacional.

Habían bajado de un avión procedente de Sudamérica, los llamados "vuelos calientes" por la probabilidad tan elevada de que entre los pasajeros viajen "mulas", las personas encargadas de transportar la droga del país de origen hacia el de destino. Normalmente, se tragan bellotas de plástico que esconden la cocaína y evitan que se desintegren en su sistema, un método mucho más peligroso por el hecho de que, si no se hace correctamente, los cambios de presión durante el vuelo los pueden hacer explotar, intoxicando a la persona con posible final fatal. De hecho, un par de días antes de pillar a las "momias", se pudo detener a dos de estas personas en uno de los controles aleatorios que la policía española lleva a cabo en el aeropuerto de Barcelona.

Los dos individuos estaban muy nerviosos cuando vieron el control, y no pudieron articular una historia congruente sobre el motivo de su viaje a Catalunya. Los agentes los acompañaron a las instalaciones del Servicio de Aduanas de la Agencia Tributaria, registraron su equipaje y también se les hizo una placa radiológica que reveló que tenían en sus estómagos varias bellotas susceptibles de ser pequeños fardos con cocaína. Después de llevarlos al Hospital de Bellvitge y esperar que expulsaran los objetos sospechosos, se cercioraron de que, efectivamente, era cocaína.

Controles diarios a "vuelos calientes"

La Policía Nacional realiza diariamente controles aleatorios a los pasajeros que vienen de aquellos países que tienen redes organizadas dedicadas a la distribución por medios aéreos de diferentes sustancias estupefacientes. Su objetivo es intentar evitar que lleguen a nuestra casa, con una intensificación de los controles durante la época estival. El grupo de la Policía Judicial tiene en su lista las rutas procedentes principalmente de países latinoamericanos, aunque durante los meses de verano se amplían estos controles a vuelos de todo el mundo.