La búsqueda de un menor de edad, de 14 años, que el sábado se hundió mientras se bañaba en el embalse de Sant Antoni, cerca de la presa de Talarn (Pallars Jussà), sigue, desde este martes, solo con agentes de la Unidad Subacuática de los Mossos d'Esquadra. Hasta ayer por la tarde, también participaban miembros del Grupo de Actuaciones Especiales Subacuáticas (GRAESub) de los Bombers de la Generalitat, que ahora ya se han retirado. Hace más de tres días que se busca al menor, vecino de la zona, con robots subacuáticos, pendientes de poder recuperar lo que, todo parece indicar, será el cadáver del joven, que podría estar a más de 60 metros de profundidad en una zona que genera, bajo el agua, un acantilado de muy difícil acceso.

Según ha podido saber ElCaso.com, durante la tercera jornada de búsqueda del joven, este lunes, se ha vivido un momento de tensión entre estas dos unidades que estaban buscando al menor de edad ahogado el sábado. La Unidad Subacuática de los Mossos, con largas jornadas, está buscando con un robot subacuático que tiene diversas capacidades, entre otras, también la de sonar, que permite visionar incluso en zonas de baja o muy baja visibilidad. Cuando los agentes de los Mossos, sobre quienes también recae la competencia de búsqueda de cuerpos bajo el agua, estaban descansando, los miembros del GRAESub se prepararon para acceder a una de las zonas que debían rastrear más tarde los Mossos. Esta situación ha generado, según han confirmado los Mossos y también los Bombers, un momento de tensión entre los efectivos de los dos cuerpos de emergencia, que hay que recordar que dependen del mismo departamento, el de Interior.

El cuerpo puede estar a 60 metros de profundidad

Los Mossos han pedido que el GRAE no lanzara su robot en la zona, un robot que no tiene las mismas capacidades que el de la policía, pero los Bombers han hecho caso omiso de las órdenes de los agentes y han hecho inmersiones en la zona donde se busca al menor ahogado. Aunque desde Mossos se ha intentado evitar -ellos tenían previsto hacerlo en poco tiempo y, además, con un robot más apto para hacerlo en esa zona- los Bombers han optado por hacerlo igualmente. De nada han servido, han explicado fuentes de la policía catalana de la región de Ponent, los intentos de negociación entre los jefes operativos de Bombers y de Mossos en la zona de Lleida.

GRAE sub
Imagen del GRAESub de los Bombers de la Generalitat de Catalunya, en Talarn / Bombers

Esta deslealtad de los Bombers con los Mossos d'Esquadra ha generado mucha tensión. Según han explicado técnicos submarinistas a ElCaso.com, no solo el robot subacuático de los Bombers no tiene visibilidad en zonas complicadas, como es el caso del fondo del embalse de Sant Antoni, sino que el objetivo de la búsqueda, el niño menor de edad, podría estar en una zona concreta que está a más de 60 metros de profundidad, cuando los Bombers no pueden hacer inmersiones a más de 40 metros. Este hecho implica que, incluso si el robot, que casi va a ciegas bajo el agua, encontrara al joven, tendrían que ser también los submarinistas de los Mossos, que tienen capacidad para bajar a 60 metros, los que tendrían que hacer la inmersión para recuperar el cuerpo del niño.

El servicio y la familia del menor, los perjudicados

Sea como sea, la tensión, que no es nueva, entre Bombers y los Mossos d'Esquadra ha terminado de estallar este lunes al mediodía en el Pallars Jussà. Por ahora, sin embargo, desde la región de Lleida de los Mossos han evitado elevar el conflicto a la jueza de guardia que lidera la investigación sobre este ahogamiento que, todo apunta, será mortal. Hoy, martes, sin embargo, los Bombers no seguirán la búsqueda. Anoche comunicaron que cerraban la búsqueda que habían hecho, en la misma zona donde buscaban los Mossos durante tres días, y dejan en manos de la policía la búsqueda y también la investigación, que lleva la Unidad de Investigación de la comisaría de la comarca. La familia del menor sigue la búsqueda desde la zona, en un punto de coordinación conjunto de los diversos cuerpos operativos. Fuentes de la policía catalana han explicado que estas tensiones entre dos unidades especializadas de dos cuerpos diferentes solo hacen que el servicio sea menos efectivo y que el objetivo, recuperar el cuerpo del niño, se alargue, alargando también el sufrimiento de la familia.