Continúa por tercer día consecutivo la búsqueda del chico de 14 años que este sábado desapareció en el pantano de Sant Antoni después de tirarse al agua, a la altura de la presa de Talarn, en Lleida. El menor fue visto por última vez hacia las doce y media del mediodía, cuando los servicios de emergencias fueron alertados por varias personas de que el adolescente no salió del pantano después de entrar para bañarse. Hacia las dos de la tarde, los submarinistas del Grupo de Actuaciones Especiales (GRAESub) de los Bombers de la Generalitat hicieron la primera inmersión para tratar de encontrarlo.
Los buzos tuvieron apoyo desde el aire y también con embarcaciones que peinaron el agua del pantano desde la superficie, pero con resultado negativo. La zona donde se le ha perdido la pista tiene poca visibilidad y mucha profundidad en algunos puntos, ya que por toda la extensión del pantano se intercalan plataformas de poca profundidad que de forma imprevista se hunden hasta una profundidad de 60 metros. Además, la baja temperatura del agua y la fuerte corriente está dificultando la tarea de los equipos de rescate, formado por los Bombers y los Mossos d'Esquadra. Por su parte, el Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM) está dando apoyo psicológico a la familia.
Amplían la búsqueda y utilizan un sonar para localizar al menor
Después de todo el fin de semana buscando, hoy, el lunes, se han reanudado las tareas de búsqueda que se amplían a un área de 500 metros cuadrados, tanto en barca como con submarinistas. Los ocho efectivos del GRAESub cuentan con un sonar que permite detectar la presencia de elementos sumergidos. Lo utilizarán para detectar los puntos que haya que inspeccionar, con precisión más exacta. El sábado ya utilizaron este aparato para revisar las bocas de los desagües, por si el chico había sido succionado por las turbinas de la presa, que están protegidas con rejas, así como el ROV, un vehículo submarino operado remotamente, que puede bajar a más profundidad y entrar a sitios inaccesibles para los submarinistas.
Para poder llevar a cabo con efectividad la búsqueda, hay que cerrar las turbinas para permitir inmersiones con seguridad, para lo que se está trabajando con Endesa. La empresa, por su parte, tiene que garantizar el caudal ecológico del río de la Noguera Pallaresa, cerrando y abriendo las turbinas por intervalos que se aprovechan para hacer las tareas de búsqueda subacuáticas.