Un taxista de Barcelona ha sido víctima de una brutal paliza en Benidorm después de llevar a unos clientes hasta allí desde la capital catalana. El hombre recogió a los pasajeros en la terminal 2 del aeropuerto del Prat, pero en lugar de pedirle que lo llevaran a algún punto de Catalunya, le hicieron ir hasta esta localidad de la costa alicantina. Después de varias horas de viaje, llegaron a la dirección que le habían indicado y los pasajeros bajaron para recoger la llave del sitio donde se alojaban, que estaba en otro punto de la ciudad. Una vez recogida la llave, fueron hacia allí.
Después de dejar a los clientes en el lugar, sin embargo, un grupo de taxistas de Benidorm lo abordó y lo rodeó. Algunos de ellos lo habían estado observando dando vueltas con los clientes por la ciudad y se pensaron que les estaba robando el trabajo. Los taxistas empezaron a increparle y a preguntarle que hacía allí, a lo que el taxista de Barcelona les dijo que estaba trabajando legalmente y les llegó a enseñar como prueba que el taxímetro marcaba los más de 800 euros que había costado el viaje desde el aeropuerto del Prat hasta Benidorm. Sus argumentos, sin embargo, no sirvieron de mucho y después de una tensa discusión, los taxistas de Benidorm empezaron a golpearle, en un vídeo que pudo ser grabado por testigos del momento.
Graves heridas y una denuncia a la policía
Después de la brutal paliza que recibió, el hombre tuvo que ser atendido en un centro hospitalario a causa de las heridas que le habían ocasionado, con múltiples contusiones en la cara y otras partes del cuerpo. En el hospital le hicieron un informe de lesiones con el cual ya ha presentado denuncia a la Policía Nacional antes de reanudar el camino de vuelta hacia Barcelona. Desde Élite Taxi denuncian este "acto de violencia cobarde y absolutamente intolerable" y piden que las asociaciones de taxistas de Benidorm identifican a los agresores y tomen con ellos las medidas necesarias para "limpiar el sector". Además, lamentan que sea un ataque entre taxistas y más cuando el de Barcelona estaba haciendo su trabajo "de forma honrada".