Aunque el pistolero de Tarragona, Marín Eugen Sabau, murió hace apenas tres días, el pasado 26 de agosto, su caso está más vivo que nunca, al menos para sus víctimas. Después del controvertido proceso judicial para que le fuera aprobado el derecho a recibir la eutanasia, ahora la jueza instructora del caso ha ordenado archivar la causa, puesto que el acusado ha fallecido. No obstante, las víctimas del pistolero, tres compañeros de trabajo y un agente de los Mossos d’Esquadra, siguen recordando el 14 de diciembre que les cambió la vida para siempre. 

Luisa, una de las empleadas de la empresa donde Marin Eugen trabajaba como vigilante de seguridad, resultó herida en el tiroteo. A raíz de la polémica muerte de su agresor, Luisa ha relatado los hechos tal y como ella los recuerda, insistiendo en que ahora que el acusado está muerto, no puede reclamar ni recibir ninguna indemnización o reparación por los daños. 

“Cuando me vio sonrió”, recuerda consternada una de las víctimas del pistolero de Tarragona

La compañera de trabajo del pistolero de Tarragona ha rememorado para Telecinco aquel fatídico 14 de diciembre. Luisa fue de las primeras en recibir los disparos de Marin; explica que ella trataba de esconderse mientras el pistolero se encontraba delante pero de espaldas a ella. No obstante, el ruido desafortunado de la puerta hizo que el hombre se girara e hiciera el primer disparo contra la mujer, quien dice que "al no darme tiempo de cerrar, la bala me impactó en el brazo. Vi que me salía humo por la manga de la camisa y ya mucha sangre", recuerda la víctima, visiblemente conmocionada ante los terribles hechos que vivió hace apenas ocho meses.

Luisa se agachó, quedando en el suelo, y en ese instante Eugen Marin vuelve a disparar. "Ahí es cuando sé que viene a por mí. Cuando le veo, cuando estoy escondida, pienso que ahí se va a acabar mi vida", recuerda, añadiendo que el pistolero "sonrió, cuando me vio sonrió". Luisa concluye su relato explicando lo afectada emocionalmente que ha quedado después de ese día: "Lo que intento es no acordarme de él, y eso es imposible", lamenta. 

Las víctimas como Luisa no pueden reclamar ninguna indemnización

Los compañeros de trabajo a los que Eugen Marin Sabau atacó e hirió con claras intenciones homicidas lamentan no haber tenido el juicio "justo" que consideran que merecían, para "conocer la verdad" y las motivaciones de su compañero para cometer tal atrocidad. Las víctimas hace meses que luchan para que la muerte asistida que solicitaba su atacante tuviera lugar después del juicio, algo que finalmente no ha ocurrido así, a pesar de los múltiples recursos interpuestos, que han sido denegados. Ahora, la jueza instructora del caso ha ordenado archivar la causa, provocando más indignación entre las víctimas, especialmente los empleados de la empresa, cuya única vía para conseguir una indemnización es demandando la compañía