La Costa Blanca de Alicante se ha convertido en las últimas décadas en un oasis para los ciudadanos de élite rusos, que ocupan apartamentos y mansiones de lujo en varias localidades de la provincia. Entre ellas destaca Altea Hills, una urbanización que atrajo al mismísimo Vladímir Putin como lugar de vacaciones predilecto, además de la oferta de spa y tratamientos estéticos. Ahora, la invasión de Ucrania por parte de sus tropas, que ha provocado la casi unanimidad de Europa a la hora de condenar y sancionar a Rusia, dejan sin casa de vacaciones al dictador.

La pérdida vacacional de Vladímir Putin

Altea es una de las localidades de veraneo más conocidas de Alicante, por sus playas, su paraje natural ubicado entre el mar y la sierra de Bernia, y una de las más frecuentadas por los ciudadanos rusos, que tienen un gran peso en la provincia, que cuenta con una población de 25.000 rusos empadronados, según datos de la Casa Rusia en Alicante. A la vista está, con inmobiliarias con letreros directamente escritos en ruso y un tipo de vivienda fuera del alcance de la mayoría del país.

Altea Hills es una lujosa urbanización de Alicante / Archivo

A las afueras de su empinado núcleo urbano de pueblito blanco que recuerda a la película Mamma Mia o a las paredes encaladas de los pueblos andaluces, se alza la urbanización Altea Hills, creada especialmente para los más pudientes, que suelen ser extranjeros a la conquista de la costa de Levante, incluido Vladímir Putin. El presidente ruso, que la semana pasada empezaba a invadir Ucrania, extendiendo el conflicto a las esferas institucionales de toda Europa, veranea -o veraneaba- en Altea.

Altea Hills, su lugar preferido para las vacaciones

Así lo desveló en 2019 el programa Fuera de cobertura, de Cuatro, cuando se empezaba a sospechar que Putin pasaba temporadas en el lugar. Sin embargo, la alta seguridad de la urbanización, donde no se puede entrar sin autorización y está vigilada las 24 horas del día, no han permitido nunca conseguir pruebas gráficas de sus estancias ahí. El equipo del programa obtuvo la confirmación por parte de la agente inmobiliaria Alex Soviet, que aseguraba que iba dos veces al año a la lujosa urbanización a pasar unos días.

Como el resto de rusos que se alojan en estas casas, Putin iba a una de las villas que no bajan del medio millón de euros. De hecho, los precios oscilan entre eso y los 7,5 millones de euros. Rodeado de otros ciudadanos de su país y con el mismo poder adquisitivo de un multimillonario, el presidente se sospecha que disfrutaba del sol y las piscinas de las mansiones descabelladas que se construyeron en la ladera de la montaña, dando unas vistas privilegiadas.

Se sospecha que Putin acudía al spa Sha Wellness para tratamientos contra el envejecimiento / Archivo

Además, se sospecha que en 2014, en plena invasión de Crimea, Putin había ido a relajarse al famoso y cercano balneario médico Sha Wellness, en El Albir, uno de los más lujosos del mundo, con tratamientos naturales que parten de los 8.000 euros y que atraen a celebridades de todos los países del mundo, desde influencers y modelos hasta jeques y actores de Hollywood. El medio La Razón afirmó en el momento que Putin había ido a hacerse un tratamiento contra el envejecimiento y a perder peso. Ahora sobre Putin se levantan incógnitas, como dónde está su familia, y polémicas, como la recompensa que ofrece un empresario por capturarlo.