Nuevo desembarco de hachís esta madrugada en Mataró, según ha podido saber ElCaso.com. De madrugada, agentes de los Mossos d'Esquadra de la comisaría de la capital del Maresme (Barcelona), han tenido conocimiento de que se había hecho un desembarque cerca del puerto, y si bien han desplegado efectivos en la zona, no han podido localizar a ninguno de los narcos, y tampoco a la embarcación. Se ha hecho una búsqueda en la zona pero ha sido negativa. Poco después un pescador, en la misma zona, a una milla, los ha visto en dirección a Vilassar, según han explicado fuentes de la policía catalana.

La droga se ha podido recuperar, con la colaboración del barco de Aduanas y se ha abierto una investigación. A estas alturas, no trascendido el número total de droga que se ha podido recuperar y la División de Investigación Criminal (DIC) de la región metropolitana nord ha abierto una investigación para aclarar cuánta ropa ha llegado al suelo y cuál ha podido ser recuperada por los narcotraficantes. Igualmente, la investigación tendrá que servir para saber quién estaba detrás de este desembarque y dónde tenía que acabar este tipo de droga, el hachís, que habitualmente entra, desde Marruecos, en nuestra casa por vía marítima.

Desembarque de 4.000 kilos de hachís en la Ametlla y Mataró

Los últimos meses se han producido diferentes desembarques de drogas en la costa catalana. El más reciente tuvo lugar en la Ametlla de Mar, donde los Mossos d'Esquadra consiguieron pillar a los narcotraficantes cuando entraban con la lancha en una de las playas e intervinieron 4.000 kilos de hachís, unos 99 fardos. Los hechos sucedieron en torno a las cinco de la madrugada del pasado 26 de mayo y consiguieron pillar con las manos en la masa a los delincuentes por un vehículo que hizo caso omiso a las indicaciones de los agentes para que se detuviera ante una patrulla d'USC.

Los Mossos d'Esquadra hicieron búsqueda por la zona después de que aceleraran y escaparan a toda velocidad. Finalmente los localizaron en un parking de arena cercano a la Cala de Port Olivet, sin ninguna persona en el interior. Pese a ello, vieron a un hombre que se marchó corriendo en dirección a la playa, donde encontraron una narcolancha de trece metros de eslora con tres motores y una docena de personas que estaban desembarcando el cargamento de hachís. Intentaron huir pero finalmente los pillaron y los detuvieron. Tal y como explicó ElCaso.com, todos los arrestados son de nacionalidad marroquí.

Meses antes, en Mataró, se produjo otro desembarque de madrugada de centenares de kilos de hachís. Tal y como adelantó este medio, la policía catalana detuvo a quince personas, de nacionalidades española, senegalesa y británica, relacionadas con la llegada de esta droga a Catalunya. Aunque los Mossos bloquearon todas las salidas para evitar que escaparan e intervenir la droga, unos 1.500 kilos, los narcos intentaron zafarse y los agentes dispararon al aire para, según consta al atestado policial, disuadir a los hombres que huían. Y así fue: poco después detuvieron a los supuestos traficantes y recuperaron la lancha entre Mataró y Llavaneres.

La mafia marroquí del hachís en Catalunya

Las narcolanchas, como se ha dicho más de una vez, no solo entran por el Estrecho, donde en febrero unos narcos asesinaron a dos guardias civiles en Barbate (Cádiz). De hecho, Catalunya se ha convertido en un centro de operaciones para la mafia marroquí y cada vez llegan más embarcaciones desde Marruecos para suministrar el hachís y otras drogas al territorio. Aquí se encuentran los grupos criminales que la venden y forman un círculo perfecto entre los traficantes y los intermediarios.

La Guardia Civil, a finales del año 2023, intervinieron un total de 5,7 toneladas de hachís, 600.000 euros y cinco armas de fuego relacionadas con las mafias marroquíes que actúan en el territorio y hacen sus pedidos a Marruecos para que les envíen las narcolanchas cargadas. Los agentes realizaron una cincuentena de detenciones y asestaron un fuerte golpe a las organizaciones que alimentan Catalunya de estupefacientes. En estos momentos, mientras las embarcaciones siguen llegando a las costas catalanas, el Instituto Armado ha detectado un crecimiento y una especialización en el uso de armas de guerra entre los traficantes para protegerse de posibles robos.