Catalunya se ha convertido en el centro logístico del tráfico de hachís para toda Europa. Si bien los narcotraficantes de marihuana aprovechan nuestra casa por el cultivo y la distribución de la droga hacia el norte, pasando por Francia, los grupos criminales que se dedican al tráfico de hachís han encontrado en Catalunya un espacio logístico idóneo, a pesar de los esfuerzos de los Mossos, para recibir la droga desde Marruecos, donde se fabrica, y después distribuirla por toda Europa. La policía catalana ha reforzado la vigilancia y las investigaciones para evitarlo, pero hoy por hoy, parece que todavía está lejos de poder detenerse. La presión de la Guardia Civil en la costa de Andalucía, con una fuerte inversión gubernamental, ha hecho que los narcotraficantes busquen otras vías de entrada por vía marítima y las costas catalanas se han convertido en los puntos perfectos, más cerca de Francia y, evidentemente, junto al mar.
Una costa, ahora mismo, que si bien los Mossos y también la Guardia Civil intentan controlar con más presencia, como con la activación de drones policiales o la misma Policía Marítima, es un colador. También se hacen controles de paso, con Vigilancia Aduanera, para radiografiar las cargas de los camiones para evitar el tráfico por la AP-7.
Los datos de droga intervenida, mucha por azar o por errores de los narcotraficantes, como la que apareció hace pocos días en Begur o el desembarque frustrado gracias a la llamada de uno de los vigilantes de seguridad del Puerto de Mataró en febrero- confirman esta sensación y preocupación de los Mossos d'Esquadra. Según datos de la misma policía catalana, durante los primeros nueve meses del 2023, se han intervenido 11.685 kilos de esta droga y se han detenido 912 personas, de las cuales 84 están directamente relacionadas con el crimen organizado internacional.
La mayoría del hachís entra por el mar
Casi el 66% de las intervenciones han sido por hachís transportado por vía marítima, entre comisos localizados en desembarques y por hallazgos de fardos en la costa, abandonados. El 34% ha sido relacionado con hachís que estaba siendo transportado por carretera, por la autopista que conecta sur y norte, la AP-7. Los Mossos también saben que se hacen entradas por aire, pero todavía no se ha detectado ninguno. Durante el año 2022 se intervinieron siete toneladas y media de hachís, dos más que el año 2021, o lo que es lo mismo, un incremento del 41,3% más de droga decomisada en relación con el año anterior.
Este incremento de localizaciones de droga, asegura la policía, está relacionado con una actividad de investigación mayor, también por la colaboración con otros policías desde el Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CITCO). Más allá de la detección de la droga cuando ya llega a Catalunya, las investigaciones que se priorizan están enfocadas a desmantelar las cúpulas de las organizaciones, intervenir embarcaciones de alta velocidad utilizadas para transportar la droga desde Marruecos y también poder hacer investigaciones para aclarar como se blanquean el dinero que gana a los líderes del narcotráfico.
Los Mossos habían detectado el año 2000 varios desembarques, que fueron tendiendo a la baja, pero que han vuelto a crecer de manera exponencial con la presión de la Guardia Civil en la zona sur de la península. Según los Mossos, las bandas que están instaladas en Catalunya, si bien formadas por personas originarias de Marruecos, son organizaciones que ya eran al país, y no como con la marihuana, que son, la mayoría, grupos extranjeros venidos de fuera y que abren nuevas vías delincuenciales en nuestra casa.
Incidentes violentos con bandas de hachís
Tampoco se puede comparar con los incidentes violentos relacionados con los asaltos entre narcotraficantes de marihuana, que ya se han registrado 60 este 2023, también se han multiplicado por dos los incidentes violentos relacionados con los robos, entre bandas, de hachís. Según los datos facilitados por el inspector Antoni Salleras, jefe del Área Central de Crimen Organizado de la División de Investigación Criminal, este 2023 se han registrado trece, muy relacionados con disputas entre grupos criminales rivales, enmarcados en narcoasaltos de cargas de droga mientras esta se encuentra en ruta o en almacenes.
Sin embargo, no consta ningún homicidio relacionado con esta droga, como sí que pasa con la marihuana -el último, este fin de semana en Anoia. "Contrariamente a lo que se ha detectado en el fenómeno de la marihuana, en el caso del hachís no estamos importando crimen vinculado en este ámbito", asegura Salleras, sin quitar importancia a estos hechos.
¿Cómo llega la droga a nuestra casa?
En los últimos años, se han detectado varias formas para desembarcar el hachís transportado por vía marítima hasta Catalunya. Desde desembarques en las calas y playas a descargas directas en "guarderías" con acceso náutico por parte de embarcaciones que desarrollan actividades piscícolas o recreativas. También con desembarques en puertos deportivos a través de embarcaciones pesqueras o deportivas que han transportado la droga hasta el puerto. Las embarcaciones, que salen de Marruecos ya con un plan de ruta marcado, suben desde el sur a poca velocidad para evitar ser cazados por las aviones de vigilancia y aprovechando los espacios nocturnos. Aseguran los Mossos que algunas veces hacen el viaje a menos de 15 nudos de velocidad. Cuando descargan la droga la intercambian por combustible, que utilizan para volver a su lugar de origen.
Los Mossos han detectado astilleros donde se fabricaban y reparaban. Es el caso de una investigación llevada a cabo por los Mossos d'Esquadra, la Guardia Civil y agentes de la Dirección adjunta de Vigilancia Aduanera (DAVA), que permitió desmantelar una nave industrial dónde se construían embarcaciones destinadas al tráfico de hachís en Castelló d'Empúries, sobre todo lanchas pequeñas con motores potentes y mucha capacidad de carga, y se detuvieron diecinueve personas.