El caso de la muerte y desaparición de Esther López en Traspinedo (Valladolid). Se ha convertido en uno de los casos más inquietantes de los últimos años. No acaba de quedar claro si se trata de un crimen o de un accidente y hay muchos cabos sueltos. Hay una serie de motivos que hacen que sea especialmente complicado de resolver los hechos.

Todo empezó el 12 de enero en Traspinedo, un pueblo de poco más de 1000 habitantes cerca de Valladolid. Aquella noche, Esther López de la Rosa, una joven de 35 años, desapareció en extrañas circunstancias después de pasar la noche con sus amigos.

Esther López desaparecida / Archivo

Está siendo muy complicado saber cómo murió Esther López de la Rosa en Traspinedo (Valladolid): la investigación continúa abierta para saber más detalles del crimen / Archivo

Sospechaban que Esther había sido víctima de una desaparición forzosa

Al cabo de cinco días, sus familiares pusieron una denuncia por desaparición y la Guardia Civil abrió una investigación para encontrarla cuanto antes mejor, ya que desde el primer momento, pensaban que había sido víctima de una desaparición forzosa. Pidieron colaboración ciudadana y organizaron batidas con centenares de personas para localizarla.

Al cabo de 24 días de búsqueda, encontraron su cadáver en extrañas circunstancias en una cuneta al lado de la carretera del municipio. Su cuerpo estaba en un lugar muy cerca de donde se habían hecho batidas y, según las primeras hipótesis, el cadáver fue colocado la noche antes que fuera encontrado.

Los resultados de la autopsia: signos de haber sufrido una muerte violenta

A partir de este punto, se empezó a complicar todo. Los resultados de la autopsia determinaron que había sufrido una muerte violenta, pero el informe no era concluyente para saber si había sido víctima de un crimen o de un accidente de tráfico. La segunda hipótesis cada vez coge más fuerza, pero no ha sido corroborada, ya que el caso se encuentra bajo secreto de sumario.

Las mentiras y contradicciones de los testigos de los y sospechosos

A los ambiguos resultados de la autopsia se le tienen que sumar las mentiras y contradicciones de los testigos y de los sospechosos del caso, de que han dado versiones muy diferentes de los hechos y que han ocultado datos muy relevantes a los agentes. El último es que la noche que desapareció Esther ella y sus amigos hicieron una parada para consumir droga.

Otro elemento que está complicando la investigación es la obtención de datos de su móvil, que fue encontrado junto a su cadáver. Según sus conexiones en el teléfono, los agentes han determinado que murió entre las 5:40 y las 5:50 del día que desapareció y están intentando averiguar cuáles fueron los últimos mensajes que envió, que podrían ser determinantes para saber qué pasó aquella noche.