En un crimen como el de este fin de semana en Sant Hipòlit de Voltregà siempre hay más dudas que certidumbres. Cosas que nadie sabe o quiere explicar. ¿Qué pasó a las cinco de la madrugada en la calle de Sant Martí? Los Mossos lo tendrán que aclarar. Lo que es cierto es que Aleix, de cal Conill, una familia de toda la vida de Sant Hipòlit, aunque ahora viviera él con sus padres en Roda de Ter, murió de dos tiros en la cabeza. El hombre que presuntamente disparó, así lo avalan los testigos y las investigaciones de la policía, fue Perry, Dani Montes Barba, un hombre de 40 años de nacionalidad española que era conocido en toda la comarca y por nada bueno. Pero, ¿qué pasó?

 

ElCaso.com, más allá de explicar cómo fue la huida del pistolero, hasta que fue arrestado a la una del mediodía en Vinyoles, ha intentado reconstruir los últimos momentos de vida de Aleix y qué pasó aquella noche, con los testimonios de las personas que estuvieron en la fiesta que precedió la desgracia y de familiares del joven asesinado.

Una fiesta que ha acabado fatal

Se hacía una fiesta en la pista para celebrar la victoria del CP Voltregà en la WSE Lagar europea y el grupo de amigos de Aleix y Perry ya se habían enfrentado. Más tarde, sin embargo, cuando pasaban algunos minutos de las cinco de la madrugada, cuando los jóvenes volvían a casa después de haber acabado la fiesta en una fuente que hay junto a la calle de los hechos, se encontraron de cara con el hombre. Tenía heridas en la cara y, según consta en la declaración hecha ante los investigadores de los Mossos, ya llevaba el arma en la mano. Disparó cuatro tiros y dos de ellos impactaron en la cabeza de Aleix, que cayó al suelo muerto. A pesar de los esfuerzos del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), nada se pudo hacer para salvarle la vida. ¿A quién quería disparar? Nadie lo sabe. Los amigos y conocidos aseguran que el objetivo de los disparos no era Aleix, era uno de los otros chicos que iba con él. Eran tres. Aleix, otro chico y una chica. "Iba drogado, disparó, como ya había hecho otra vez, y le dio a Aleix, pero quería darle al otro", asegura uno de los primos del joven muerto a ElCaso.com.

 

Que Dani Montes, Perry, hijo de cal Rubio, hiciera una desgracia, era cuestión de días, aseguran todos los vecinos que lo conocían. Con antecedentes y envuelto en temas de drogas, no era la primera vez que se enfrentaba a la gente del pueblo. "Siempre buscaba bronca, y siempre la encontraba", aseguran. "Todo el mundo sabía que tenía armas, lo decía y alguna vez incluso lo enseñaba; nos pensábamos que era de mentira... y no", asegura una amiga de Aleix, en la misma calle donde pasaron los hechos, y mientras esperan a que los Mossos acaben de registrar la casa, este martes, 2 de mayo, a primera hora. "Había tenido problemas con gente mala, gente complicada, de Manlleu, y ya lo habían apaleado y le habían destrozado la puerta, todo el mundo sabía qué hacía y dónde se escondía".

La pistola no aparece

La casa era un estercolero. Hasta que vivió con su madre tenía un pase, pero desde que la mujer murió que la casa se había convertido en un sitio lleno de basura que Perry utilizaba solo para dormir. Fuentes de la policía catalana han explicado que la casa estaba llena de basura y hecha un desastre. El objetivo de los investigadores de los Mossos d'Esquadra era encontrar el arma que utilizó para matar a Aleix, pero no se ha localizado. Él no ha abierto la boca en todo el registro. No ha colaborado. Su abogada, del turno de oficio, le ha recomendado hacerlo, pero no lo ha querido hacer. Tampoco su familia, que se han acercado para recoger a Fuji, un perro que vivía con él y que hacía más de 24 horas que estaba sin comer, sabían nada del arma.

Cuando en torno a las doce del mediodía se ha acabado el registro de la casa, los Mossos han trasladado al detenido hacia Vic, donde pasará una segunda noche, antes de ser entregado, mañana, al juez de guardia, que, tal como está previsto, y como se espera su abogada, le enviará a la prisión.

Una desgracia que todo el mundo esperaba

Sant Hipòlit de Voltregà tiene menos de 3.500 habitantes y todo el mundo conocía a Aleix de cal Conill y a Perry de cal Rubio. Y todo el mundo sabía que este hombre que ahora está detenido, el pistolero de Sant Hipòlit, algún día la liaría parda. "O que lo matarían o que mataría a alguien", confesaba una familiar de Dani Montes a ElCaso.cat. Ni las detenciones ni las ayudas que recibió por parte de su familia sirvieron de nada. Todo el mundo esperaba una desgracia, pero nadie se imaginaba que quien pagaría la peor parte, con la vida, sería Aleix, de solo 15 años.

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Dani Montes Barba, Perry, acusado de matar de dos tiros a Aleix, de 15 años, en Sant Hipòlit de Voltregà | Cedida.

Este martes, Hipòlit está de duelo, las caras son largas y la gente sabe que este crimen, inexplicable, sin sentido, que ha arrebatado la vida a un chico tan joven, será complicado de digerir. "Por suerte, su madre, que era una santa, ya no lo ha tenido que ver", explicaba una madrina desde el balcón, al ver el trasiego de Mossos, periodistas y con el presunto asesino, esposado, esperando para entrar en su casa.