Sant Hipòlit de Voltregà y todos los pequeños pueblos que lo rodean, en el norte de Vic, la capital de Osona, se han despertado hoy todavía sin creerse qué había pasado. "Siempre lo oyes por la televisión, en un pueblo remoto, pero hoy ha pasado aquí", explicaba a primera hora, en uno de los bares de Sant Hipòlit, una vecina a ElCaso.cat. El pueblo se despertó este primero de mayo con un crimen, un asesinato, a tiros, de un joven de 15 años, de can Conill, Aleix, un joven que hacía un tiempo que ya no vivía en el pueblo, pero que había vivido allí toda la vida con sus padres. Ahora venía a menudo a casa de sus tíos, y donde todavía tenía sus amigos. La fiesta que se hizo en la pista del municipio, y por causas que todavía no están claras, acabó de la peor manera posible, con Aleix tumbado en el suelo, sin vida, con dos tiros.
Un hombre muy conflictivo
El pistolero era Dani Montes Barba, un hombre de 40 años, de nacionalidad española, un vecino de toda la vida también de Sant Hipòlit de Voltregà, y muy conocido entre los vecinos. Vivía solo en la calle de Sant Martí. Su padre se había marchado agotado de aguantar los problemas de su hijo, que los vecinos recuerdan muy conflictivo y con problemas con la droga. Su madre murió hace un año. "La única que tenía juicio en esta familia", asegura uno de los vecinos. Un hombre mayor que recuerda también al padre y al abuelo del detenido. "Una familia complicada, su abuelo ya era una bala perdida".
Después del crimen, en torno a las cinco de la madrugada, el pistolero Dani Montes, escapó. Los Mossos sabían perfectamente quién era, los vecinos vieron la pelea que puso fin a la vida de Aleix. Y también sabían que iba armado. Todavía con el cadáver del joven en el suelo, el Grupo Especial de Intervención (GEI) de los Mossos asaltaron la casa por si todavía estaba en el interior, pero no estaba. Ya había escapado. Durante más de ocho horas, los Mossos desplegaron todas las unidades posibles, además del GEI, también ARRO, todas las patrullas de Seguridad Ciudadana, el helicóptero policial y drones para localizarlo. Agentes especializados en secuestros y extorsiones, que tienen experiencia en negociación, iniciaron comunicaciones con la familia con el fin de conseguir que el hombre se entregara a la policía sin causar más daños.
En torno a la una del mediodía, en Vinyoles, a menos de dos kilómetros de la calle de Sant Martí, un vecino alertó de que había visto al hombre más buscado de Cataluña. El grueso del operativo de los Mossos que estaba desplegado en la zona se desplazó hasta la carretera C-17. Dani Montes iba caminando, sin el arma que había utilizado para, presuntamente, matar a Aleix. Sin violencia hizo caso a la policía, se tendió en el suelo y fue detenido. Esta mañana su casa, donde vivía él solo con un perrito, continúa precintada por los Mossos a la espera de que agentes del Área de Investigación Criminal (AIC) de la región policial central entren para registrarla. Quieren encontrar el arma, si la abandonó en casa antes de escapar y estar más de ocho horas caminando por el Ter.