Después de más de dos años de investigación, los Mossos d'Esquadra han podido detener a la pareja de Mónica de la Llana, la mujer de 44 años que el 21 de julio de 2022 desapareció misteriosamente a la Morera de Monsant, en el Priorat (Tarragona). Aquella tarde había quedado con una amiga en la ciudad de Reus, pero nunca se presentó. En un principio nadie se extrañó porque de vez en cuando ya desaparecía durante unos días, pero el hecho de que no diera ninguna señal de vida empezó a preocupar a sus conocidos. No se presentó al cumpleaños de su hijo, no llamó a su madre después de que la operaran y tampoco retiró el medicamento que necesitaba. Cuando se dieron cuenta de que no se había conectado al WhatsApp ni había publicado nada en redes sociales, la familia denunció la desaparición el 12 de agosto.
La pareja habría matado a Mónica y se habría deshecho del cadáver
La Unidad Central de Personas Desaparecidas de la DIC de los Mossos d'Esquadra asumió la investigación ante los indicios que apuntaban que se trataba de una desaparición de ámbito criminal y su pareja se convirtió en el principal sospechoso. El hombre, de 53 años, la última persona que la había visto con vida, explicó que la había llevado a una parada de autobús de Cornudella de Montsant, donde tenía que coger el autocar hacia Reus. Desde entonces no sabía nada de ella. Los investigadores, sin embargo, contactaron con el conductor del autocar que hizo aquella ruta y el hombre no recordaba a ninguna mujer que tuviera las características de Mónica.
Durante más de dos años, los investigadores han trabajado intensamente para encontrar el máximo de pruebas e indicios para demostrar la autoría de los hechos. Se ha hecho un análisis muy exhaustivo y profundo de los datos de telefonía móvil que han permitido romper la coartada que el presunto autor de los hechos ha mantenido durante este tiempo y desmontar contradicciones y versiones que se han demostrado como falsas. Al mismo tiempo, también han aflorado indicios materiales como pertenencias de Mónica que el sospechoso tenía en su posesión meses después de la desaparición y que ella no habría abandonado nunca en un contexto de normalidad.
Así pues, el hombre ha acabado siendo detenido este martes, 12 de noviembre, en Barcelona como presunto autor de la muerte violenta de su pareja y posterior ocultación de su cuerpo. Después de pasar a disposición del juzgado número 1 de Violencia de Género de Valls, el magistrado ha declarado su ingreso en la prisión provisional, comunicada y sin fianza por los delitos de homicidio, ocultación de cadáver y maltrato físico y psicológico. A estas alturas, el cadáver de Mónica todavía no ha podido ser localizado y los Mossos d'Esquadra mantienen la investigación con el fin de conseguir más información que ayude a encontrarlo.
El asesinato, el final de una relación llena de maltratos
Si tanto los Mossos como la familia de Mónica tenían claro desde un principio quién era el principal responsable de su desaparición y presunto asesinato era porque la mujer era víctima de maltratos. El hombre, como ella misma había explicado a sus amigos, le daba palizas, la insultaba y le decía lo que tenía que hacer. "Me condiciona a no poder ser yo", había dicho en alguna ocasión a su entorno. Incluso, había llegado a grabar uno de estos episodios con su teléfono móvil donde se le oía amenazándola de muerte e intentar asfixiarla en hasta dos ocasiones. Temiéndose lo peor, le había enviado el audio por correo electrónico a un amigo como prueba con un mensaje corto y directo: "Ni una, nunca más. Si me pasa alguna cosa, este audio se lo envías a la policía".