Han pasado siete meses de la desaparición de Mónica de la Llana y desde entonces no ha dado ninguna señal de vida. Hace tiempo que la familia y el entorno de la mujer apuntan al hecho de que no ha sido una desaparición voluntaria y que podría estar muerta. De hecho, sospechan de su pareja, un vecino de la Morera de Montsant, en el Priorat. Él fue la última persona que la vio con vida. Según explicó, la acompañó a una parada del autobús y ella se marchó hacia Reus. En cambio, la investigación de los Mossos ha determinado que el teléfono móvil de la desaparecida nunca salió de la Morera de Montsant. Los investigadores han llegado a la conclusión de que la mujer no se marchó voluntariamente y que se trata de una desaparición muy inquietante.
Sin ninguna señal de vida desde el 21 de julio de 2022
La pista de Mónica se pierde la mañana del 21 de julio de 2022 en la Morera de Montsant. A primera hora de la mañana recibió un mensaje de su pareja, con quien se supone que estaba en aquellos momentos. Él fue la última persona que la vio con vida. Horas más tarde la llevó a una parada de autobús en Cornudella de Montsant para que cogiese un autocar hasta Reus, donde había quedado con una amiga para comer. No obstante, nunca llegó a aquel encuentro. De hecho, los investigadores pudieron contactar con el conductor del autobús que en teoría cogió, pero no la recordaba. Creen que nunca llegó a salir del Priorat.
Durante los primeros días nadie se extrañó. Era una persona que acostumbraba a ir a la suya y a veces estaba días sin tener contacto con su familia, pero nunca siete meses. Su entorno empezó a sospechar que alguna cosa no iba bien cuando su madre le llamó para decirle que lo tenían que operar, pero ya no contestó. Tampoco se presentó al cumpleaños de su hijo, que vive con su abuela. Eso hizo saltar todas las alarmas y que se denunciara la desaparición. En todo este tiempo no ha dado ninguna señal de vida. No ha habido movimientos en sus cuentas bancarias, ninguna publicación en sus redes sociales o no ha retirado a ninguna farmacia el medicamento que necesita para unos problemas de salud.
La pareja, el principal sospechoso
Con la hipótesis de una desaparición forzada, la pareja de Mónica se ha convertido en el principal sospechoso. Él es la última persona que la vio y su versión se puede coger con pinzas. Además, la relación que mantenían era inestable y con muchos problemas. La mujer había explicado a su entorno en más de una ocasión que él la maltrataba y que no paraban de discutir. De hecho, según explicó a la amiga con quién había quedado, el día de su desaparición tenía prevista dejarlo y marcharse de aquella casa. Por eso, creen que él se lo podría haber tomado mal y lo habría matado. No obstante, no lo quieren acusar abiertamente porque no tienen pruebas.