Un guardia de seguridad chino identificado como Li ha podido escapar de un secuestro de seis meses presuntamente por parte de una mafia camboyana que le engañó para viajar al país con una falsa oferta de trabajo. Tras negarse a colaborar con ellos se convirtió en lo que él denomina "esclavo de sangre", viéndose sometido a la extracción excesiva de sangre para venderla en el mercado negro. Las condiciones que ha sufrido le han causado numerosas secuelas de las que ahora se recupera en el hospital.

Las atrocidades del secuestro de Li, el "esclavo de sangre"

El joven Li, identificado así por su apellido, de 31 años, estuvo cautivo desde verano del año pasado y le llegaron a extraer casi 800 mililitros de sangre al mes durante los seis meses para después venderla a compradores privados en el mercado negro online. Normalmente, una donación ronda los 470 mililitros, más o menos un 8% del volumen total de sangre de un adulto, casi la mitad de lo que le quitaban a la víctima.

Durante seis meses le quitaron el doble de sangre del máximo que se recomienda en fuentes institucionales / PxFuel

A consecuencia de la extracción masiva de sangre, Li, que consiguió escapar de la mafia a principios de febrero tras un despiste, ha sufrido fallos en varios órganos y sus brazos están cubiertos de hematomas por los pinchazos de las agujas. De hecho, tras varios meses, las venas de los brazos dejaron de proporcionar suficiente sangre, por lo que llegaron a pincharle en la cabeza. Según el medio Beijing Youth Daily, el hombre cayó en una red de tráfico de humanos en junio del año pasado, cuando fue a la región suroeste china de Guangxi para presuntamente un trabajo como portero en una discoteca.

Seis meses cautivo en Camboya sacándole sangre para el mercado negro

Tal como ha explicado él mismo, fue llevado de contrabando desde allí a la ciudad de la costa camboyana de Sihanoukville por una mafia que lo vendió por unos 16.000 euros a otra banda que le obligó a trabajar en varias tramas de fraude como teleoperador. Cuando se negó a seguir con eso y a pagar un rescate, en septiembre, los secuestradores empezaron a sacarle sangre de forma extrema. Y aunque se recomienda como máximo una extracción cada 56 días, a Li se le quitaba cada mes.

Él mismo se calificaba en entrevistas a los medios locales como un "esclavo de sangre". Además, detalla que los captores lo amenazaron con venderlo a traficantes de órganos si no se dejaba sacar sangre. También aseguraba que junto a él había más personas secuestradas por su sangre, que además eran maltratadas con shocks eléctricos. Sin embargo, él fue uno de los más torturados porque su tipo de sangre es O, el más universal, por lo que había más demanda, relata el South China Morning Post.

La ciudad de Sihanoukville ha visto en los últimos años un aumento de la inversión y la inmigración chinas, debido principalmente al negocio de los casinos, que está prohibido en China. De hecho, las operaciones ilegales de juegos de azar online dirigidas al mercado chino continental suelen llevarse a cabo en territorios de ultramar como Camboya o Filipinas, donde las restricciones son menos estrictas.