Frédéric Péchier fue hasta el año 2017 un anestesista muy bien considerado en su especialidad. El médico, de 53 años, trabajaba en dos clínicas privadas de Besançon, una ciudad del este de Francia situada cerca de la frontera con Suiza. El hombre era reconocido por salvar la vida in extremis a pacientes delicados que, en el momento de su intervención, estaban a punto de morir. Todo cambió el año 2017, cuando una mujer de 36 años sufrió un paro cardiaco —del que se recuperó— durante una operación en la Clínica Saint-Vincent y, al realizar las analíticas rutinarias, los profesionales de la clínica descubrieron que la anestesia contenía una dosis de potasio que podría ser letal. Aquel descubrimiento desencadenó una investigación que puso en duda otras intervenciones del facultativo, en las que varios pacientes de Péchier habían sufrido paros cardiacos a pesar de tener un historial clínico de bajo riesgo.

Durante ocho años, la fiscalía francesa ha estado investigando las actuaciones de Péchier en la clínica Saint-Vincent y en la policlínica del Franco Condado. Las conclusiones apuntan que, entre el 2008 y el 2017, habría manipulado la anestesia administrada a pacientes de entre 4 y 89 años, provocando la muerte de doce de ellos. Según la investigación, su objetivo era alimentar su ego: ponía en riesgo a los enfermos en secreto y después intervenía para salvarlos, apareciendo como un héroe y dejando en evidencia al resto de médicos.

Un juicio de más de 100 días

Este lunes, 8 de septiembre, ha empezado en el tribunal penal de Doubs el juicio contra Péchier, acusado de un delito de intoxicación de personas vulnerables. La fiscalía pide para él la cadena perpetua. Contra él hay unas 150 acusaciones particulares, de víctimas y familiares, defendidas por una cincuentena de abogados. El exfiscal de Besançon, Etienne Manteaux, ha subrayado que el investigado era un profesional sanitario "muy hábil" que actuaba cuando no había nadie en las salas de anestesia y que "conocía a la perfección la naturaleza de los venenos administrados, para evitar levantar sospechas."

Péchier, que tiene prohibido ejercer la medicina de por vida, siempre ha mantenido su inocencia y niega haber intoxicado nunca a nadie. Además, en una entrevista publicada hoy en la radio francesa RTL, el acusado dice que tiene la "conciencia tranquila, ya que no hay pruebas contra él" y que tiene muchas ganas de "poder hablar para que se le escuche". Además, anuncia que no es responsable de ninguna muerte, pero que "entiende el sufrimiento de las víctimas y las familias". El juicio durará tres meses y medio, es decir, hasta el 19 de diciembre de 2025, fecha en que se determinará si Péchier, que mientras ha durado la investigación ha estado en libertad vigilada, es culpable de esta docena de muertes y la treintena de envenenamientos.