Desde ElCaso.com, cuando hablamos de los delitos en las redes, a menudo hacemos referencia a estafas, pero no es lo único que afecta a la población. Si este tipo de engaños suele ser más típico en personas mayores que no dominan las nuevas tecnologías, hay otro que afecta principalmente a los más jóvenes, la extorsión sexual, también conocida como sextorsión. No son pocos los jóvenes y, muchas veces, incluso adolescentes, que han sido víctimas de amenazas después de compartir fotos íntimas con desconocidos que se hacían pasar por chicos y chicas jóvenes; y a veces, estos problemas acaban siendo una auténtica tragedia.
Uno de los casos más populares fue el de Evan Boettler, un chico estadounidense de dieciséis años que se suicidó después de recibir un mensaje de un ciberdelincuente que le dijo "tengo tus fotos desnudo y todo lo que necesito para arruinarte la vida". Se trata de un caso terrible, pero, por desgracia, no es el único que se ha encontrado en una situación similar. Muchos delincuentes se aprovechan de los adolescentes y su acceso a la tecnología para engañarlos y, haciéndose pasar por personas de su edad, convencerlos para que les envíen fotos y videos suyos donde aparecen desnudos, para luego usarlo para chantajearlos y conseguir que les envíen dinero bajo la amenaza de publicar el material pornográfico.
Perfiles falsos
Para los estafadores es un delito muy sencillo, ya que lo único que necesitan es crearse un perfil falso, a menudo haciéndose pasar por una chica, y enviar mensajes a jóvenes que encuentren por grupos o páginas de internet dedicadas a intercambiar contenido erótico. Una vez han hecho eso, simplemente tienen que esperar a que la otra persona envíe sus imágenes y amenazarlos con publicarlas. Intercambiar este tipo de contenido no representa ningún problema cuando hay consentimiento por ambas partes, pero, en caso de querer participar, no se recomienda hacerlo con desconocidos, ya que nunca se sabe quién hay detrás de la pantalla ni qué intenciones tiene.