Las personas que, en algún momento de su vida, han sido víctimas del robo de su teléfono móvil tienen después más posibilidades de ser el objetivo principal de los ciberdelincuentes que intentan estafar de manera telefónica: reciben más llamadas y mensajes que buscan obtener datos bancarios, el acceso al terminal sustraído u obligarlas a hacer compras fraudulentas. Los Mossos d'Esquadra han emitido una alerta por esta modalidad de delito que combina el robo, la extorsión y la estafa telefónica.
El modus operandi de los delincuentes comienza con el robo del móvil. Una vez los ladrones tienen el dispositivo, envían un mensaje o una llamada a la víctima haciéndose pasar por querer ayudarla a recuperar el móvil. Pero la realidad es otra. Lo que los estafadores quieren es que el propietario del teléfono robado facilite las contraseñas de las redes sociales o el acceso a la cuenta corriente. Una vez consiguen la confianza de la víctima y obtienen lo que quieren, la víctima queda expuesta a compras no autorizadas o a transferencias.
Actualmente, las personas tenemos toda la vida en el teléfono móvil. Desde el aparato electrónico podemos acceder a nuestras aplicaciones bancarias, las redes sociales y datos personales muy confidenciales. Si el ladrón consigue acceder a él, puede tener más de un botín: por un lado, el teléfono; y por otro, todo aquello que consiga sumar con la estafa. Además, la mayoría de los dispositivos que son robados se venden después a través del mercado negro en el extranjero, sobre todo en Marruecos o en China, lo que complica mucho que el propietario recupere el teléfono.
Consejos de los Mossos
Los Mossos d'Esquadra recomiendan, en caso de ser víctima del robo del móvil, bloquear inmediatamente el dispositivo y la tarjeta SIM, no hacer caso de ningún mensaje o llamada inesperada en la que pidan datos personales, confidenciales o contraseñas y dirigirse inmediatamente a la comisaría de los Mossos más cercana para denunciar los hechos.
Las entidades bancarias, por su parte, han emitido comunicados en los que recuerdan que nunca piden el PIN del teléfono ni el acceso directo al terminal, así como tampoco realizan ningún tipo de llamada en la que se pidan contraseñas o información vulnerable.