Detrás de una aparente filosofía de armonía y equilibrio se ocultaba una turbia trama de secuestros, prostitución y tráfico de personas. La policía francesa ha detenido en París al líder y fundador de la agrupación de yoga tántrico Federación Atman Yoga, Gregorian Bivolaru, de 71 años y origen rumano, acusado de ser el responsable de una red de explotación sexual que utilizaba esta organización como tapadera y reclamo para mujeres, no solo en Francia, sino por todo el mundo. Bivolaru estaba en busca y captura desde el 2017, investigado también por los delitos de violación, secuestro y abusos a gran escala; junto con el líder del grupo, la policía ha detenido a 40 personas más.

Según lo que han averiguado los investigadores, este grupo habría forzado a varias mujeres, hasta 60, a mantener relaciones sexuales con Bivolaru, así como con otros miembros del grupo, llegando incluso a retenerlas en una casa aislada para violarlas. Durante la operación que la policía francesa llevó a cabo el martes pasado, pudieron liberar a una veintena de mujeres secuestradas, víctimas de los abusos sexuales del gurú Bivolaru y sus adeptos.

Escuelas de yoga tántrico por todo el mundo

Federación Atman Yoga está presente en varias ciudades de hasta 31 países, también en Barcelona. Ofrecen clases de yoga tántrico, una práctica que combina "sexualidad, meditación y espiritualidad". Esta organización, sin embargo, es considerada como una secta por su estructura de "carácter mafioso y de proxenetismo". Con la oferta de talleres espirituales o cursos de yoga o feminismo, los integrantes del grupo captaban mujeres, quienes, nada más llegar a las instalaciones, eran obligadas a fotografiarse desnudas y, si querían participar de estas actividades, tenían que mantener relaciones sexuales con Bivolaru.

Según han explicado a Radio France Internationale (RFI), muchas de las víctimas eran obligadas a trabajar como masajistas eróticas o en clubs de striptease, y algunas, incluso, tuvieron que rodar películas pornográficas. La defensa de Gregorian Bivolaru ha negado estas acusaciones, y ha asegurado que el gurú ha sido víctima de un "complot político".