Juanma López Iturriaga, exjugador de baloncesto del Real Madrid y de la selección española, ha revelado que ha caído en la estafa del falso hijo, un engaño sobre el que han avisado los Mossos, la Policía Nacional y la Guardia Civil. El funcionamiento de este fraude es muy sencillo. Te llega un WhatsApp de un teléfono desconocido con un mensaje que dice que es tu hijo, que te está hablando desde un móvil nuevo. Si picas, el estafador te pedirá que le des dinero, ya que ha tenido algún problema y se ha quedado sin móvil ni dinero, y necesita tu ayuda.

En una entrevista, el exjugador de baloncesto admitió que, sin saber cómo, cayó en este engaño. Avergonzado, decía que no sabía qué había pasado, que era como si "se hubiera quitado el cerebro" antes de caer en el fraude. La situación, sin embargo, lo justifica. Si te llama tu hijo o hija diciendo que tiene un grave problema, es normal preocuparse y no pensar que se trata de una estafa, sino buscar la forma de ayudar lo antes posible. Según explica Iturriaga, el estafador, haciéndose pasar por su hija, le pidió 9.800 euros, una cifra tan elevada que ni siquiera podía pagarla en una sola transferencia. El exjugador no se planteó para qué podía necesitar su hija casi 10.000 euros, y le propuso hacer varias transferencias para ayudarla. Cuando lo explicaba, él mismo decía que la gente debía pensar "eres idiota", pero en ningún momento se planteó que lo estuvieran engañando. En un momento de claridad, intentó contactar con su hija por teléfono, pero no le cogió, lo que le hizo sospechar aún más.

Mantener la cabeza fría

Es razonable que nos asustemos en esta situación, pero siempre que alguien que no conocemos nos llame o nos envíe un mensaje lo primero que debemos hacer es sospechar. De hecho, si actuamos con calma, evitar la estafa es muy sencillo. Lo que debemos hacer si nos pasa es intentar contactar con el número real de nuestro hijo, y, si este no contestara y nos sintiéramos tentados de caer, pedirle algunos datos al nuevo contacto, como nuestro nombre y el suyo. De esta manera, si se trata de un estafador, no sabrá darnos la información, mientras que si es nuestro hijo no tendrá ningún problema en decirlo.