Una historia que parece mentira que pueda pasar en Catalunya, pero ha pasado. La noche de San Juan, una chica pakistaní fue secuestrada a punta de pistola en Barcelona por unos familiares suyos debido a su negativa a continuar con el matrimonio con su marido, un primo suyo, con quien se casó de manera obligada cuando aún era menor de edad. La mujer, según ha avanzado hoy RAC1, se trasladó a Pakistán, de donde es originaria toda su familia, que había concertado este matrimonio con su primo. Pero cuando comenzó a ser víctima de violencia por parte de él, decidió escapar y volver a Barcelona, donde había nacido.
Esta huida, que la familia del marido consideró un deshonor según el código ancestral de esta comunidad, se convirtió en acoso contra la chica, que intentó esconderse, sin éxito. El hombre, su marido, también se trasladó a Catalunya. El acoso ha durado meses. Y la noche de San Juan, la chica fue secuestrada por un grupo de hombres en el paseo de Colón de Barcelona a punta de pistola. Un camionero la encontró herida 24 horas más tarde en una zona apartada en dirección a Tarragona.
El exmarido, relacionado con el secuestro
Durante el secuestro, la chica fue torturada y asegura que escuchó por teléfono la voz de su exmarido, haciéndole pensar que él podría estar detrás de este secuestro. Los Mossos d'Esquadra detuvieron a los sospechosos tras la declaración de la chica, pero después de ser entregados al juez, no se pudieron encontrar pruebas que relacionaran a la familia con el violento secuestro, y quedaron en libertad. La relación, sin embargo, según la familia de la joven, es clara.
Cuando los padres de la chica supieron que había sido secuestrada, denunciaron los hechos a los Mossos, que se pusieron en contacto con la familia del marido, que al saber que tenían a la policía detrás, liberaron a la mujer. La investigación sigue abierta para poder acreditar la relación, supuesta, de la familia del hombre en este secuestro y también con el acoso que lleva meses durando contra esta chica que solo ha querido hacer su vida, abandonar al marido que la agredía y romper con esta tradición que, en Occidente, parecía superada.
Mossos sigue el caso
Los Mossos d'Esquadra llevan meses siguiendo el caso de esta chica, considerándolo de alto riesgo. El grupo de atención a la víctima mantiene un contacto diario con ella desde el pasado diciembre, con patrullas frecuentes en los lugares donde suele estar y una persona de referencia dentro del cuerpo para cualquier necesidad. La policía catalana confirma que hay más casos de matrimonios forzados, con personas extranjeras y también personas de nacionalidad española, y que la investigación, por la omertà y el miedo familiar, es muy complicada.