Este lunes 1 de septiembre el sistema educativo Francés empezó el curso escolar. Normalmente, es un día de alegría, de reencuentros entre alumnos y profesores y de empezar nuevas etapas. Este año, sin embargo, el curso escolar ha empezado con una mancha de sangre a causa del suicidio de la directora de una escuela después de meses recibiendo amenazas e insultos por su orientación sexual. Los hechos pasaron en el departamento de Cantal, situado en el centro de Francia. A partir del curso 2023-24 la mujer recibió varias cartas y pintadas donde se la insultaba y se lo amenazaba por su orientación sexual. Entre otros, recibía pintadas como "lesbiana = sucia" o "lesbiana = pedófila", así como mensajes deseando su muerte. La mujer decidió denunciarlo hasta cinco veces y, finalmente, la fiscalía decidió archivar el caso en marzo de 2025, ya que "no se podía determinar la autoría".

A raíz de estos hechos, Caroline Grandjean, de solo 42 años, estuvo de baja por depresión desde septiembre de 2024. A pesar de no saber de dónde provenían estas amenazas se trataba de un caso de acoso laboral, ya que siempre aparecían en su puesto de trabajo, como por ejemplo las paredes o el buzón del colegio, por lo tanto, sospechaba de alumnos, padres o incluso otros profesores. A pesar de eso, la comunidad educativa empezó a preparar, desde abril de 2025, la vuelta al trabajo de la víctima, aunque la directora de la escuela seguía siendo el objetivo de una gallina que actuaba de manera anónima. Según informa Le Parisien, este lunes, 1 de septiembre, la directora contactó con la plataforma nacional de prevención del suicidio a las diez y media de la mañana, dando indicaciones de sus intenciones, antes de dirigirse a una zona montañosa cerca de donde viva. La policía movilizó una gran cantidad de efectivos, pero encontró el cuerpo donde la víctima había indicado. La mujer se había caído de una altura de 30 metros y sufrió heridas incompatibles con la vida.

"Es una historia que acabará mal"

Caroline Grandjean vivía con su mujer en Saint-Vincent-de-Salers, una pedanía de solo 110 habitantes adscrita a la comuna de Anglards-de-Saleros, y era directora de una escuela en Moussages, a solo ocho kilómetros de distancia. Desde que estaba de baja, sus compañeros de trabajo le preguntaban regularmente sobre cómo avanzaba el caso y ella contestaba que era "una historia interminable que acabará mal", presagiando su final. La muerte de Grandjean ha causado mucho malestar entre los directores de los centros escolares, que acusan al Ministerio de Educación de Francia de "tener un nivel muy bajo" y "no tener claras las necesidades de la comunidad educativa, sea del personal docente o del alumnado". Muchos directores de diferentes escuelas hacen ahora declaraciones a los medios de comunicación franceses donde hablan de cómo la soledad castigó en Grandjean. La directora de una escuela de París comenta que "en el distrito donde trabajo tienen un grupo de apoyo para directores donde nos reunimos, hablamos de aquello que nos inquieta o incluso lloramos". Grandjean, sin embargo, no tenía esta suerte, ya que ella era directora "en un pueblo aislado, de solo 250 habitantes."

La ministra de Educación de Francia, Élisabeth Borne, por su parte, ha dicho que se ha abierto una investigación administrativa para aclarar los hechos. Los miembros del sistema educativo, sin embargo, dicen que esta medida llega tarde, ya que "este caso es una muestra de cómo la institución calla y se olvida del bienestar de los profesores", ya que Grandjean hacía más de un año que pedía una ayuda institucional que nunca llegó. La asociación Stop Homophobie, por su parte, ha convocado una manifestación este viernes, 5 de septiembre, para concienciar sobre la falta de protección contra la violencia LGTBIfóbica y la necesidad de un apoyo por parte de las instituciones educativas a su alumnado y profesorado. Además, un colectivo de maestros ha iniciado una campaña de mecenazgo para dar a la familia de la víctima y hasta el momento han recaudado 11.000 euros.