Enero es el mes de los nuevos comienzos, la ilusión de un año nuevo y de los Reyes Magos. Este año, además, entrará en vigor la nueva Ley de Tráfico, con medidas mucho más duras para minimizar las muertes al volante.

Los Reyes Magos también traen multas

Aunque habrá que esperar al 21 de marzo para que se haga realidad, las modificaciones son muchas y es importante estar preparado ante lo que vendrá.

Así como las novedades incluyen multas y pérdidas de puntos mucho mayores por manipular el móvil mientras conducimos o por tener elementos modificados en el coche, también cambiará la documentación necesaria para pasar la ITV y las sanciones por intentar burlar los radares.

Y es que la DGT sabe que muchos conductores hacen la picaresca de instalar dispositivos ilegales para detectar o inhibir los controles de velocidad, por lo que ha tomado medidas muy serias.

Sanción de 6.000 euros y puntos por burlar un radar

Con la entrada en vigor de la nueva ley, se multará con 6.000 euros al conductor que use estos aparatos, mientras que los talleres que los instalen recibirán una multa de 30.000 euros. La idea es que los mecánicos se nieguen a ponerlos por miedo a esta severa sanción económica.

Radar en una carretera / EFE

Si bien está regulado que los usuarios sepan dónde están los radares fijos de las carreteras españolas, que se pueden mirar en la página web de la DGT, solo se contempla el uso de avisadores en los vehículos. Estos dispositivos avisan sin afectar al correcto funcionamiento del radar, por lo que están permitidos.

Inhibidores y detectores prohibidos: 30.000 euros para los talleres que lo instalen

Sin embargo, los inhibidores -que bloquean la señal para no ser detectados-, suponen una infracción que podrá ser sancionada con hasta 6.000 euros de multa y la pérdida de seis puntos del permiso de conducir. La sanción se impondrá incluso si no ha sido utilizado, ya que el simple hecho de tenerlo instalado es motivo suficiente.

Los detectores, también ilegales, suponen una multa y retirada de puntos también, aunque más leve: los usuarios tendrán que pagar 200 euros y perderán tres puntos  del carné.

Por lo tanto, si habíais pensado pedir a los Reyes Magos uno de estos aparatos, más os vale cancelar el pedido antes de que la DGT os pille y os toque pedir a la Virgen del Rocío los puntos perdidos.