El trabajo de la policía no siempre se limita a patrullar las calles o a perseguir delincuentes. A veces, los agentes también tienen que hacer frente a servicios especiales, en los que quien reclama la asistencia no son humanos, sino animales que necesitan protección o ser rescatados. Uno de los últimos servicios de estos tipos lo ha hecho la Guàrdia Urbana de Barcelona este miércoles, 24 de septiembre, en el barrio del Guinardó.

Un vecino avisó a la policía alertando de un perro que estaba ligado y que lo oía llorar. Una patrulla de la Unidad Territorial de Horta Guinardó se desplazó inmediatamente hasta el lugar y comprobó el estado en qué vivía el animal. Según ha informado la Guàrdia Urbana, el perro presentaba varias heridas en su cuerpo y estaba en unas condiciones higiénico-sanitarias "muy deficientes", hecho que motivó que los agentes lo desataran y lo trasladaran al Centre d'Acollida d'Animals de Companyia de Barcelona, donde ha recibido la atención veterinaria necesaria y ha quedado bajo protección para garantizar el bienestar.

El propietario, denunciado

Los agentes de la Guàrdia Urbana de Barcelona que rescataron el perro hicieron las tareas pertinentes para identificar el propietario, la nacionalidad y la edad del cual no se han querido facilitar, y lo denunciaron por un delito de maltrato animal. El Código Penal en Catalunya establece que este tipo de maltratos se castigan con penas de prisión, multas y la inhabilitación para la tenencia de animales en un futuro. Será la justicia quien determinará la responsabilidad penal para el propietario del perro, que se puede enfrentar a un castigo de hasta tres años de prisión o una multa de hasta 200.000 euros.