Novedades relevantes del caso de la muerte de Andreu P.G., el jefe de recursos humanos de Autocares Plana, atacado mortalmente por un trabajador de la empresa a quien tenía que comunicar una sanción de 15 días. Los hechos ocurrieron el pasado viernes, alrededor de las nueve de la mañana, en el aparcamiento de la empresa, en Tarragona. Según ha podido saber ElCaso.com, que ha tenido acceso al auto judicial de prisión, el detenido, un hombre dominicano de 47 años, le dio un puñetazo en la cara a Andreu, que quedó aturdido y malherido. Las complicaciones de la herida de este impacto, y no del golpe que sufrió al caer al suelo, según el informe preliminar forense, le provocaron unas lesiones que han sido fatales. Este miércoles se certificó su muerte y el caso salió a la luz, tal como avanzó ElCaso.com. Ahora hemos conocido más detalles de esta brutal agresión que ha consternado a la ciudad de Reus, de donde era originario Andreu, de una familia muy conocida.

El arrestado, que ingresó el lunes en Mas d'Enric, en la prisión de Tarragona, tenía un antecedente por un delito de amenazas contra una de sus parejas, pero en el trabajo también era conocido por otros incidentes. Hace pocas semanas agredió a un superior suyo, uno de los revisores de la empresa, cuando le hizo una inspección al autocar que él conducía. Le lanzó un bloc de notas en la cara y lo hizo bajar de manera violenta del autocar. A raíz de aquella acción, se abrió un procedimiento sancionador contra él, que el detenido no respondió. No presentó alegaciones ni tampoco atendió las comunicaciones, también por burofax, que la empresa le envió. Agotado todo el plazo legal previsto, Andreu, responsable de recursos humanos de Plana, recibió el encargo de comunicarle personalmente la sanción, que implicaba la suspensión de catorce días sin sueldo ni trabajo. El día elegido fue el viernes, alrededor de las nueve de la mañana, cuando estaba previsto que el arrestado iniciara la ruta que tenía asignada.

Murió de las heridas del puñetazo

Tal como consta en el auto judicial, y tal como el juez asegura que se ve en las imágenes de las cámaras de seguridad, el agresor bajó del autocar cuando vio a Andreu, a quien ya conocía y sabía perfectamente quién era y qué hacía allí, y se dirigió hacia él, dándole un golpe con la mano, estilo puñetazo, impactándolo en la cara, dejándolo aturdido en el suelo. Cayó de espaldas y golpeó con la cabeza en el suelo. El agresor, lejos de responder por sus actos, abandonó el lugar de los hechos en un patinete, tal como también se puede ver en las imágenes de las cámaras de seguridad. El juez insiste en que no intercambiaron ninguna palabra, que el agresor lo golpeó con la intención de hacerle daño. En las imágenes se ve cómo se prepara, mueve el cuerpo y los pies, flexiona la rodilla, y golpea a Andreu. El informe forense que se incorpora al caso también detalla que fue el puñetazo en la cara y el impacto contra el suelo, lo que le provocó las graves heridas que, tras ser analizadas en el hospital, después de dos TAC, desembocaron en su muerte, este miércoles.

El auto del juez es duro con el agresor, a pesar de las primeras reticencias de los Mossos y de la empresa Plana, que querían dejar el caso como un delito de lesiones graves, según ha podido saber ElCaso.com. El mismo magistrado, tras escuchar a los testigos, visionar las imágenes y leer el informe médico, en el escrito de prisión detalla que el acusado tenía intención de hacer daño y no descarta que se pueda tratar de un supuesto delito de homicidio doloso y no por imprudencia. Ahora será necesario que las diligencias policiales y judiciales avancen para poder aclarar los hechos. También si el detenido tiene o no conocimientos de artes marciales, como aseguraron algunos testigos ante el juez que lleva el caso. Sea como sea, en el mismo escrito del auto, el hombre, sea o no experto en deportes de contacto, sabía perfectamente que el golpe que dio a Andreu podía ser grave. Y lo fue. Ha sido mortal.

Reus, consternada

La noticia, como avanzaba ayer ElCaso.com, ha generado un fuerte impacto en la ciudad de Reus. Andreu P.G. es hijo de una familia muy conocida. Su padre, médico, y su madre, que fue una miembro relevante del Ayuntamiento durante el gobierno del alcalde convergente Carles Pellicer, así como su hermana, que también sigue la saga familiar como oftalmóloga, son figuras destacadas en la ciudad. Muy conocido en la ciudad, la noticia ha consternado la capital del Baix Camp.