El director del diario La Tribuna de Cartagena ha sido condenado a tres años de prisión e inhabilitación por haber difundido imágenes de la violación de la víctima de 'La Mandada', así como sus datos personales que propiciaron un acoso mediático hacia la chica agredida sexualmente durante los Sanfermines del 2016. El Juzgado de lo Penal número 2 de Cartagena también condena al detenido a pagar una multa de 3.000 euros, aparte de una indemnización de 15.000 euros a la afectada.
Humillación pública
El año 2018, el acusado publicó un artículo titulado 'Yo no te creo', en el cual expresaba su incredulidad ante las declaraciones de la joven, y la tildaba de "borracha" que decidió voluntariamente mantener relaciones sexuales con los cinco acusados: "Nadie te obligó, lo hiciste porque te lo pidió tu 'cuerpo serrano'", escribía. Además, a lo largo de este artículo el periodista revelaba datos personales de la víctima, como su nombre completo, su dirección e incluso la universidad en la cual estudiaba.
Según ha adelantado El Periódico, la sentencia del caso condena esta publicación por considerarla "claramente vejatoria" y que se publicó con la intención de causar más daños a la víctima. El periodista también publicó fotografías explícitas del momento en que se produjo la violación grupal, ante lo que el juez ha expresado que "no resulta amparado por la ley utilizar una terminología que pueda herir a la víctima de un delito contra la libertad sexual, y menos aún la publicación de fotografías de claro contenido sexual y la difusión de datos de identificación de la víctima".
Pretende desobedecer la sentencia
Por su parte, el detenido ha asegurado que acepta ir a prisión porque cree que "vale la pena por haber llevado la contraria a la verdad oficial que se intenta imponer". No obstante, ha anunciado su intención de no acatar la segunda parte de la condena, la que hace referencia a su inhabilitación como periodista durante los próximos tres años: "Aunque lo tenga prohibido por sentencia, desde la prisión seguiré escribiendo", ha dicho.
El condenado se define a sí mismo como cristiano y seguidor de Primo de Rivera, y anima a todo el mundo a actuar como él para luchar "contra la ideología de género, contra la hipersexualización de la sociedad y contra las clases de educación sexual que ahora serán obligatorias para nuestros hijos", y añade que "si de verdad te importan tus hijos o nietos, que el hombre no sea criminalizado por el hecho de ser hombre".