El primer informe publicado por la Oficina de Prevención e Investigación de Accidentes de Aeronaves y Ferrocarriles (GPIAAF), después del accidente del funicular Glória de Lisboa -que dejó 16 muertos-, señala que el cable de seguridad "se rompió o soltó". Eso confirmaría la primera hipótesis, con la cual trabajan los investigadores de la Brigada de Homicidios de la Policía Judicial, que ya apuntaba a una posible rotura del cable de seguridad detrás del accidente. Según este informe, desde el momento de la rotura del cable hasta la colisión final pasaron menos de 50 segundos, a unos 60 km/h. Aunque el sistema de emergencia cortó la alimentación cuando el cable se rompió, no fue suficiente para inmovilizar el vehículo.
Una vez el cable -que favorecía un sistema de contrapeso entre las dos cabinas del funicular- se rompió, ni los frenos neumáticos ni los manuales pudieron parar la primera cabina, después de que esta se desprendiera del cable. Aunque el conductor había accionado los frenos, una vez vio que la cabina 1 se desprendía, no fue suficiente a causa de la velocidad que ya había cogido.
La revisión de mantenimiento estaba al día
El informe, aparte, también confirma que el plan de mantenimiento estaba al día, ya que la misma mañana del accidente se había hecho una inspección visual. Además, el informe ha revelado que el cable roto "estaba dentro de su vida útil", habiéndose utilizado durante 337 días de los 600 previstos. Sin embargo, la zona de rotura del cable "no era accesible para su inspección sin desmontar" el vehículo, de manera que no se sabe en qué estado estaba.
Los autores del informe, además, insisten en que todavía no se conoce el error exacto y que su tarea no es atribuir responsabilidades. Por eso, la GPIAAF ha anunciado que publicará otro informe "previsiblemente en un plazo de 45 días", en qué se describirá el trabajo de investigación llevado a cabo y las conclusiones que estén disponibles en esta fecha.