La Policía Judicial de la Guardia Civil sigue investigando la muerte de una de sus agentes que el jueves pasado asesinó a sus dos hijas antes de suicidarse en Quintanar del Rey, Cuenca. Las llaves de su casa, dejadas por fuera de la puerta, hacen pensar a los investigadores que el crimen podría haber sido premeditado.
Lo habría hecho para facilitar el hallazgo de los cuerpos
El compañero de la benemérita que encontró los cadáveres ha informado a los agentes que cuando fue a ver si la mujer se encontraba bien, ya que no se había presentado aquella mañana en el trabajo, vio las llaves puestas por fuera de la puerta de entrada. Eso ha hecho que los agentes contemplen la posibilidad de que Paola Buforn, de 42 años, haya planeado el crimen de antemano; según los investigadores, habría puesto las llaves por fuera para facilidad el hallazgo de los cuerpos.
La policía cree que las niñas, de 9 y 11 años, hacía un día que estaban muertas antes de encontrarlas, ya que el miércoles ni madre ni hijas respondían ya a las llamadas de los abuelos paternos. Por ahora lo que se sabe es que las tres murieron por tiros efectuados presuntamente por la madre. Según informa El País, la mujer habría disparado dos veces a cada una de las niñas antes de quitarse la vida. Una de las niñas estaba sobre una cama al lado de la madre, mientras que la otra estaba en una habitación diferente.
Nadie oyó los disparos, ya que, según la Guardia Civil, el cuartel oficial donde vivían Paola y sus hijas estaba prácticamente vacío, sin ningún vecino que se diera cuenta del incidente. A estas alturas se están esperando los resultados de la autopsia que determinarán si Paola drogó a las menores antes de asesinarlas. Por otra parte, no consta que la mujer tuviera ningún problema de salud mental que justificara una actuación de esta índole.