El Equipo de Inspecciones Oculares (ECIO) del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil ha acabado hoy el registro en los bajos de la calle de Castillejos de Barcelona, donde, presuntamente, el actor de Barcelona Jorge Ferrandis, convivió y asesinó a su pareja, una mujer de nacionalidad española de 42 años. De momento, las pruebas de ADN no han confirmado, a pesar de la confesión del actor, quién es la mujer que apareció a trozos en una finca rural de Pontons, en el Alt Penedès (Barcelona).

Después de descubrirse el cuerpo, que estaba enterrado bajo unas plantas de lavanda y en bolsas de basura, los investigadores de la Policía Judicial de la Comandancia de Barcelona empezaron a estirar el hilo hasta que supieron que el terreno era propiedad del actor de Barcelona. Al ser detenido, lo confesó todo. Asegura, sin embargo, que el crimen fue a instancias de la mujer, que le pidió que lo asistiera en el suicidio. Un hecho que la Guardia Civil no se cree. De su declaración ante el juez que lleva el caso, el actor explicó con grandes detalles cómo había matado y troceado a la mujer, también cómo encontró una finca donde poder enterrar a la mujer y cómo lo hizo.

Ferrandis explicó también dónde había vivido con la mujer y dónde la mató y guardó durante meses, congelada, hasta que encontró el lugar idóneo para enterrarla, después de trocearla. Un crimen macabro en unos bajos de la calle de Castillejos, un piso que los agentes especialistas en inspecciones oculares de la Guardia Civil, enviados desde Madrid y con experiencia en inspecciones como las que permitieron resolver el crimen de Diana Quer, han puesto patas arriba.

El piso de la calle de Castillejos, patas arriba

Durante tres días han repasado, casi centímetro por centímetro, los bajos convertidos en piso de este bloque de la calle de Castillejos, a tocar de Alfons X. El objetivo era encontrar cualquier indicio o prueba que permitiera relacionar la versión que dio el hombre en sede judicial, para cerrar bien las diligencias y la instrucción de esta investigación de lo que, todo parece indicar, es un nuevo crimen machista. Aunque la Guardia Civil no ha avanzado detalles, ElCaso.com ha podido saber que las perquisiciones han dado sus frutos. Esta mañana de viernes ha finalizado el registro, que se ha hecho, en las dos últimas sesiones, sin la presencia del acusado, que pidió no participar. En su representación ha asistido su abogado.

Durante la primera jornada Jorge Ferrandis siguió "colaborativo" con el registro que lideraba el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil, que comanda un joven sargento, y los especialistas del ECIO venidos desde Madrid. Explicó cómo era el piso y dio algunos detalles a los investigadores. De manera parcelada, y avanzando de manera muy meticulosa, con el objetivo de encontrar restos de sangre para confirmar si en este piso de menos de 60 metros cuadrados Ferrandis asesinó y troceó a la mujer. Una mesa en el rellano de la escalera ha servido a los especialistas para ir diseccionando todos los indicios que han extraído del piso durante las largas horas que ha durado la inspección ocular.

Tenía el local desde 2017

Los vecinos, sin embargo, no vieron nunca a la mujer. Él había comprado los bajos, que habían sido una antigua farmacia y también un taller de diseño gráfico, el año 2017. Hizo algunas reparaciones con la intención de ir a vivir allí, pero entre el coronavirus y otros problemas que iba relatando a sus vecinos, finalmente no se acabó de instalar al cien por cien, si bien él, según detalló al juez, convivía aquí con su pareja. El piso está muy vacío, el colchón donde dormía el hombre, los días que pasaba la noche allí, no tenía ni somier.

La Guardia Civil se mantiene hermética en el caso, y toda la información que el hombre declaró en sede judicial la tienen como punto de partida, pero los investigadores de la Policía Judicial de la Comandancia de Barcelona quieren confirmar ellos mismos cómo este misterioso hombre que siempre vestía de color negro, actor de discreta carrera y que actualmente trabajaba en una tienda para turistas mató a la mujer que nadie, de momento, ha echado en falta.