La Guardia Civil ha localizado en Burdeos a un espabilado, un hombre de nacionalidad francesa, de mediana edad, que el pasado 9 de abril se quedó un reloj Rolex de 16.000 euros que una mujer catalana se olvidó en el control de acceso al aeropuerto del Prat de Barcelona. La mujer pasó por las cintas que sirven para evitar que se entren productos prohibidos en la terminal para embarcar en un avión, y como es habitual, se quitó el reloj y lo puso en una de las bandejas, pero se despistó. Menos despistado estaba el otro protagonista de esta historia. Al ver el reloj, de manera disimulada, se agachó, lo cogió y se lo puso en el bolsillo. Y siguió su ruta, terminó el control y se dirigió a su puerta de embarque. Pensaba que había conseguido un reloj, pero no le ha salido bien la historia. Y ha acabado imputado.

La mujer, al detectar que había perdido el reloj, de alto valor, económico y sentimental, avisó a la Guardia Civil. En ese momento no sabía si se lo habían robado o si lo había perdido. Los agentes que el Instituto Armado tiene destinados en el aeropuerto de Barcelona repasaron las imágenes de las cámaras de seguridad en el momento en que la mujer había pasado por el control de acceso y vieron a un hombre que recogía algo del suelo y se lo ponía en el bolsillo. Tenía que ser él.

La mujer ya no llevaba el reloj en la muñeca. Con las cámaras, repasando las imágenes en diferido, lo fueron siguiendo hasta ver que llegaba a la puerta de embarque de un vuelo hacia Burdeos. Sabían a dónde iba, pero todavía no tenía nombre ni apellidos. Con la lista de pasajeros pudieron ir descartando hasta que tuvieron algunos candidatos y finalmente pudieron ponerle cara, nombre, apellidos y, sobre todo, una dirección en Francia.

Localizado el reloj en Francia

La Guardia Civil, con la colaboración de la Gendarmería francesa, lo localizaron y lo fueron a visitar a su casa. El hombre aceptó los hechos y entregó el reloj. Finalmente, al estar ya en Francia y por su colaboración, no fue detenido y se evitó ser extraditado a Cataluña. Aun así, el hombre, de nacionalidad francesa, ha quedado imputado por el delito de apropiación indebida, es decir, quedarse una cosa que no te pertenece, sabiéndolo. Ahora deberá responder ante el juez cuando convenga. La pena puede ir de tres meses a seis años.

La Guardia Civil destaca la importancia de no perder de vista los objetos en estos controles de paso que hay en los aeropuertos. En este caso, por la pericia de los investigadores, el caso ha terminado bien, pero no siempre se puede localizar a los espabilados que aprovechan estos despistes para llevarse algo.