Una persecución de los Mossos d'Esquadra acabó con el ladrón huido el pasado jueves por la noche. El delincuente acababa de sustraer un vehículo de una casa particular situada en el barrio de Casellas de Ripoll (Ripollès), pero lo tuvo que abandonar después de estrellarlo en Olot (la Garrotxa). Los agentes han emitido una orden de busca y captura para detenerlo, y sospechan que sería el autor de una serie de robos que tuvieron lugar el pasado 23 de febrero en los barrios de Casellas y Vista Alegre de la localidad.

Persecución en plena noche

Según el Diario de Girona, el robo tuvo lugar en torno a las once de la noche del pasado jueves. El ladrón forzó la puerta del garaje de una casa unifamiliar, y se marchó con el coche que había aparcado. Los propietarios se dieron cuenta casi al instante al oír el ruido del vehículo arrancando, y vieron cómo el ladrón huía dirección Vallfogona del Ripollès. Lamaron inmediatamente a los Mossos d'Esquadra, quienes avisaron a las unidades que había en aquel momento patrullando por la zona.

Uno de los coches patrulla identificó el vehículo sustraído y empezaron a perseguirlo hasta Olot, donde el ladrón, presa del pánico, perdió el control y estrelló el coche cerca de la carretera. No obstante, los Mossos no pudieron detenerlo, ya que salió corriendo, eludiendo a los agentes. Desde entonces tiene una orden de busca y captura, y los Mossos d'Esquadra están trabajando con el fin de localizarlo y detenerlo lo antes posible.

Ladrón reincidente

La policía catalana sospecha que este individuo es el responsable de, al menos, otros cuatro robos que tuvieron lugar aquel día en los barrios de Casellas y Vista Alegre de Ripoll. En las cuatro ocasiones entró en domicilios forzando las puertas, y durante uno de los hurtos se enfrentó con el propietario. A consecuencia de la pelea, el inquilino acabó con algunas heridas leves en la cara.

La principal teoría con la cual trabajan los Mossos es que el autor de estos robos es una sola persona, aunque la familia del vehículo sustraído asegura que eran al menos dos, ya que algunas de las pertenencias que tenían en el asiento del copiloto habían acabado en el suelo. Los afectados no han podido recuperar el vehículo, que quedó completamente destrozado, pero sí una cartera con 30 euros en efectivo que el ladrón dejó atrás cuando huyó de la escena del siniestro.