Una operación de la Interpol, coordinada por la Guardia Civil y con la participación de policías de 22 países europeos y Estados Unidos, que sería digna de una serie de cualquier productora cinematográfica. El dispositivo se centró en la identificación del tráfico de bienes culturales, la mayoría obras de arte, objetos arqueológicos e instrumentos musicales. Muchos de ellos, además, habían sido saqueados en Extremadura, región rica en restos romanos y de otras épocas históricas. En total, los agentes confiscaron más de 37.700 objetos de alto valor con los que traficaban por Europa y detuvieron a un total de 80 personas, varias de ellas en Cáceres.
Saqueos en yacimientos extremeños y tráfico ilegal en Europa
Pero esta operación Pandora para combatir la explotación ilegal del patrimonio cultural, en la que se detectaron 259 casos de tráfico de bienes, algunos de los cuales siguen en investigación con arrestos e incautaciones previstas, según ha detallado la Interpol este jueves, se originó —entre otras ubicaciones— en Cáceres. En la provincia extremeña, la Guardia Civil desarticuló un grupo delictivo que se dedicaba a participar en saqueos arqueológicos y detuvo a seis de sus miembros e investigó a otras tres personas. En este caso, el Instituto Armado rescató 2.500 objetos arqueológicos, la mayoría monedas romanas procedentes de la ciudad celtíbera de Tamusia que se extrajeron de forma ilegal de yacimientos protegidos en toda la zona.

Para lograr hacerse con estos tesoros, los arrestados los extraían utilizando detectores de metales y los vendían, posteriormente, a través de redes sociales. Pero el caso de Cáceres no fue el único que se dio en España, que después acabaría traspasándose a toda Europa. En Palma se interceptó a un pasajero que iba a volar a Alemania con 55 monedas antiguas y un anillo y que, tras ser investigado y confiscarle 64 objetos de valor histórico y 1.576 monedas antiguas, fue imputado por los delitos de expolio de vestigios submarinos y yacimientos arqueológicos.

Estos dos casos de tráfico o tenencia ilegal de bienes patrimoniales, sobre todo en el extremeño, se comenzaron a detectar por toda Europa, especialmente en Italia, Grecia, Ucrania, Polonia, Moldavia o Rumanía, entre otros. En la república helénica se recuperaron cinco iconos bizantinos y tres personas fueron detenidas cuando iban a venderlos por 70.000 euros. Mientras que las autoridades aduaneras ucranianas confiscaron 87 bienes culturales que estaban siendo transportados ilegalmente fuera del país con destino a Polonia, Moldavia y Rumanía.

Patrullas digitales y contrabando de arte y tesoros históricos en Europa
En cualquier caso, y por todo ello, se activaron patrullas digitales de varios cuerpos policiales europeos —en colaboración con Europol, Interpol y la Organización Mundial de Aduanas (OMA)— para detectar posibles ventas de estos objetos a través de Internet, de manera ilegal. Intervinieron un total de 4.298 obras en estos intentos de compraventa en línea. Con todo este entramado de tráfico de tesoros tanto artísticos como arqueológicos e históricos europeos, además de un guion de una serie de varias temporadas, se desgrana una de las problemáticas paralelas al tráfico de drogas o armas en el continente, en la novena operación Pandora llevada a cabo en el marco de la Plataforma Multidisciplinar Europea contra las Amenazas Delictivas (EMPACT).