Hace más de 24 horas que un grupo de incontrolados violentos atacó con piedras, palos de madera y barras de hierro a los Mossos d'Esquadra en el barrio de la Mariola de Lleida y, por ahora, no consta ningún detenido. La policía catalana confirma, como avanzó ayer ElCaso.com, poco después de los hechos, que hay una investigación abierta para identificar y detener a los alborotadores, pero, hasta el momento, no han trascendido novedades sobre esta investigación ni si ya se han podido analizar los vídeos del brutal ataque para poner nombre y apellidos a los miembros de las familias de etnia gitana que hirieron a los agentes del ARRO de los Mossos. Alrededor de las doce de la noche, y tras recibir varios avisos al 112, el teléfono de emergencias, los Mossos se desplegaron en la zona, primero en la calle de Júpiter de este conflictivo barrio de Lleida, para atender una pelea muy violenta, con incluso alertas por detonaciones, según quedó registrado en las llamadas que hicieron los vecinos. Cuando los agentes pudieron separar a las dos partes implicadas, y sin ninguna motivación previa, ambos bandos se unieron para atacar a la policía. Con lanzamientos de piedras, palos de madera y barras de hierro, golpearon a los agentes para expulsarlos del barrio.
Los miembros de los antidisturbios de la policía catalana intentaron dispersar a los violentos, al tiempo que tuvieron que proteger y evacuar a los policías heridos. En las imágenes se puede ver cómo algunos de los agentes quedaron tendidos en el suelo, y que necesitaron de varios policías para poder trasladarlos hasta una zona segura. Sorprende, del vídeo que se ha hecho público de los incidentes, que los agentes antidisturbios fueran sin material de protección, como cascos y escudos, pero fuentes policiales aseguran que la actuación por la pelea fue muy rápida y no era un tipo de incidente que requiriera equipamiento para desórdenes públicos graves. Tampoco se hizo uso de las lanzadoras de foam para mantener distancia con los alborotadores. El resultado fue que seis agentes resultaron heridos graves.
Cuatro de ellos —dos agentes, un cabo y un sargento— tuvieron que recibir puntos de sutura por heridas sangrantes. Uno de los agentes pasó la noche en el Hospital Arnau de Vilanova de Lleida y este martes ha sido dado de alta. La investigación deberá aclarar quién participó en los disturbios y quiénes son los responsables de estas graves agresiones, que desde los sindicatos policiales ya han advertido que se personarán en la causa en defensa de los agentes y que acusarán a los autores, si pueden ser identificados, de tentativas de homicidio. La investigación, por ahora, descarta que se trate de una emboscada contra los agentes, y creen que no organizaron las llamadas para hacer entrar a los Mossos en el barrio y atacarlos, aunque las diligencias que se llevarán a cabo, también comprobando las llamadas al 112, deberán confirmarlo.
Más policías en el barrio
El inspector Xavier Ribelles, jefe del Área Básica Policial del Segrià, ayer, en una atención a los medios de comunicación, pocas horas después de los hechos, acompañado por la concejala socialista Cristina Morón, teniente de alcalde y concejala de Seguridad del Ayuntamiento de Lleida, aseguró que se trata de un "hecho puntual" y que un ataque como el de la madrugada de este lunes no se había visto nunca en Lleida. Por ahora, se ha ordenado incrementar la vigilancia, con equipos de orden público, con el ARRO.

El barrio de la Mariola, controlado en su mayoría por familias de esta etnia, es uno de los puntos más conflictivos de la capital del Segrià, una de las no-go zones que se están multiplicando en Catalunya, donde los Mossos, poco a poco, van perdiendo el control. Fuentes de la policía catalana aseguran que la falta de determinación de los mandos, por la presión de los políticos, hace que cada vez sea más complicado trabajar en estos espacios donde gana la delincuencia. Los hechos de Lleida se suman también a los incidentes de los últimos días en Salt, Figueres, Mataró y Girona. El president de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, manifestó la semana pasada que no habrá impunidad en Catalunya y que ningún barrio quedará desatendido en materia de seguridad. En la misma línea se ha expresado el inspector Ribelles, que también asegura que el ataque es inadmisible y que el barrio debe ser de todos. De momento, los que casi mataron a varios agentes de los Mossos d'Esquadra aún no han sido detenidos.