El narcos de los narcos. Los grupos criminales que operan en Catalunya y que se dedican a la venta de hachís necesitan que alguien les suministre la droga, sea siguiendo los corredores habituales desde Marruecos o incluso, haciendo las compras ya directamente aquí en Catalunya. Era uno de los modus vivendi de un sindicato del crimen formado por personas de nacionalidad española y marroquí que la Guardia Civil ha desarticulado en una investigación de gran envergadura. Sorprende, más allá de la gran cantidad de droga que han acumulado durante las intervenciones policiales, también la protección que llevaban los narcotraficantes cuando movían el hachís por las carreteras de Catalunya: dos armas de guerra de gran calibre.
Las investigaciones se remontan al 2019 y tuvieron el golpe definitivo el 30 de agosto con una intervención en la costa del Garraf. En esta última acción, en la cala de Vallcarca de Sitges, los agentes intervinieron 4,5 toneladas de hachís y cinco armas preparadas para disparar, y detuvieron 17 personas, la mayoría de nacionalidad marroquí. Si el recuento se hace desde 2019, el inicio de la investigación, la Guardia Civil ha intervenido 5,7 toneladas de hachís, 600.000 euros y cinco armas de fuego, y ha hecho 50 detenciones. La policía avisa de que crece la especialización en el uso de armas de guerra entre los traficantes para protegerse de posibles robos.
Durante este tiempo se han hecho intervenciones de droga en varios puntos de la costa catalana y siempre con los mismos protagonistas, un grupo de narcos que acumulaban la droga para ponerla a disposición de otros grupos criminales que se dedican en venta, al detalle, en varias zonas de Catalunya. El punto cero es una detección, en la AP-7 en el País Valencià, de 510 quilos de hachís. De allí, el hilo de la investigación llevó a los agentes a hacer confiscaciones importantes como la de junio del 2022, en un operativo antidroga en Figueres, dónde los agentes decomisaron 270 kilos de hachís y 240.000 euros en metálico, mientras que dos meses después intervinieron diversa cantidad de droga en dos operativos más en Vallirana, en el Baix Llobregat, y Tarragona. En estos últimos casos, hubo dos detenciones.
Pillados con 4.500 kilos en el Garraf
Fue gracias a esta investigación previa que los investigadores pudieron detectar que los implicados tenían previsto hacer un gran desembarque de droga a final de agosto en el Garraf. Se pudo organizar un dispositivo especial con intervención del Grupo de Acción Rápida (GAR) para interceptar una lancha que estaba descargando numerosos paquetes de hachís en tres vehículos aparcados en la zona el muelle industrial de Vallcarca, en las Costas del Garraf, camuflados entre pescadores.
La Guardia Civil detuvo a 14 personas inicialmente y paró dos vehículos, mientras el tercero consiguió huir. Con todo, cuando este accedió a la C-31 para recorrer la carretera de las Costas del Garraf, una patrulla lo interceptó con punzones en la carretera. El vehículo pinchó una de las ruedas de delante y se acabó teniendo un accidente. Aparte de droga, 4,5 toneladas de hachís, dentro de esta furgoneta había cinco armas, dos de las cuales de guerra, y muy preparadas para hacer fuego. Entre los detenidos en esta operación policial hay un menor de edad de nacionalidad marroquí que sus padres pagaron con el fin de poder hacerlo entrar al Estado de manera irregular, aprovechando las lanchas de transporte de drogas.
Saturación de la costa catalana por la entrada de droga
La Guardia Civil ha vuelto a poner de relieve la saturación de la costa catalana y valenciana con respecto a las entradas de droga, hachís -este fin de semana unos narcos abandonaron 2.300 kilos en Begur, al atascar la furgoneta- y cocaína -en medio agosto se encontraron casi 500 kilos de esta última droga en Riumar, en Terres de l'Ebre- y aseguran que es por la fuerte presión que hace el Instituto Armado en la parte sur de la Península, dónde se han hecho grandes inversiones para evitar los desembarques de narcollanxes. Este incremento de movimiento en las costas catalanas, de sur a norte, también implica un incremento de la violencia. El ejemplo más claro, las dos armas largas que llevaban los narcotraficantes en una de las furgonetas que pudo escapar de la policía. La Guardia Civil asegura que ya han notado esta escalada tanto en el mar, en enfrentamientos con los narcotraficantes cuando llegan en lancha, como también en las plantaciones, donde ya han sido recibidos a tiros en alguna operación policial. A más dinero, más intereses, y a más intereses, más armas, detallan.
El jjefe de la Guardia Civil en Catalunya, José Luis Tovar, ha asegurado esta mañana desde Sant Andreu de la Barca, que en Andalucía ha habido un "cambio de paradigma" en el tráfico de drogas, con un auge de la violencia y los problemas sociales, el cual ha hecho que los criminales busquen "lugares menos comprometidos". "Pero se equivocan pensando que Catalunya es uno de estos lugares", ha advertido al general.