La policía española sigue obsesionada con el responsable del museo de Figuerola del Camp (Alt Camp) y presidente del patronato de la Fundación Privada Catalana para la Arqueología Ibérica, Àngel Segarra, a quien han detenido acusado de haber expuesto 37 piezas arqueológicas de origen, presuntamente, ilícito. La Policía Nacional lo acusa de ser el responsable de delitos contra el patrimonio histórico, receptación y sustracción de cosa propia a su utilidad social o cultural.
El responsable de la Fundación Privada Catalana para la Arqueología Ibérica, que ya había sido investigado, ha asegurado en declaraciones en la ACN que no ha comprado material a ningún expoliador y ha apuntado que el caso quedará archivado. También ha denunciado que la actuación policial es "ilegal" porque la mayoría de piezas tienen una antigüedad de compra de más de cinco años y el delito contra el patrimonio habría prescrito.
Según ha informado este martes a la policía, la investigación se inició en junio de 2020 cuando se intervino un toro de origen ibero procedente de un robo llevado a la provincia de Córdoba -se bautizó como Operación Calçot- en los años noventa. Durante esta actuación, los agentes observaron que había otras piezas que también podrían proceder de espolios arqueológicos. Más tarde, interceptaron 55 piezas y después de las comprobaciones hechas por técnicos del Gobierno de Aragón y del Ministerio de Cultura, determinaron que 37 eran originales y 18 falsificaciones. Por esta casi cuadragésima de piezas que se intervinieron e investigaron, ahora la Policía Nacional acusa a Segarra de espolio de patrimonio histórico y ha confiscado el material.
Piezas del poblado de Aratis
Las piezas son de origen romano y celtibérico y hay material diverso como cascos, discos coraza o umbones de escudos, entre otros. Algunos de ellos provienen de la ciudad celtibérica de Aratis, en la provincia de Zaragoza. Según detalla una sentencia de 2020 del Tribunal Supremo, se considera como un hecho probado el origen ilícito de todos los materiales vinculados con el yacimiento de Aratis y su entorno, expoliados de manera sistemática desde su hallazgo casual a finales de los años ochenta.
Sin embargo, el responsable del museo de donde la policía intervino el material asegura que el caso se archivará, como pasó con la investigación abierta por el toro en el 2021. También ha manifestado que todas las piezas las ha comprado en anticuarios que tienen los permisos correspondientes o a colecciones particulares y no a expoliadores o personas sin reconocimiento al sector.