En Barcelona, los robos violentos de cadenas, pulseras o relojes de oro —cometidos por delincuentes multirreincidentes— se han convertido en un problema recurrente. De hecho, estos ladrones, viven una etapa que podría llamarse como la fiebre del oro, pero diferente de la etapa que se vivió en California el año 1850. En aquella época, hablábamos de inmigrantes que fueron hasta la ciudad de los Estados Unidos con la promesa de aprender técnicas de minería para sacar este material, obtener una riqueza de manera rápida y contribuir al desarrollo económico.

Defecó la cadena para volver a tragársela

Ahora, en Barcelona, hablamos de delincuentes que, en la mayoría de casos, se encuentran en Catalunya en una situación irregular y que se dedican a robar cadenas, pulseras o relojes de oro con el objetivo de revenderlas en tiendas de compraventa o incluso en el mercado negro, y así recibir una compensación económica. El último caso, según ha podido saber ElCaso.com tuvo lugar este jueves, 18 de septiembre, en el distrito de Ciutat Vella. Una patrulla de agentes de la Guàrdia Urbana vio como un hombre, la nacionalidad y la edad del cual no se ha notificado, y con antecedentes policiales, hizo un estirón violento a una persona y le arrancó una cadena de oro, con un gran valor económico. Mientras huía de la policía, el individuo se la tragó para evitar tener que devolverla y así revenderla.

Los agentes de la Guàrdia Urbana pudieron interceptar al individuo y, después de identificarlo, lo detuvieron. En las dependencias policiales el ladrón defecó la cadena y, lejos de facilitar que los policías devolvieran la joya a su propietario, el individuo decidió lavarla y volver a comérsela. El hombre pasará en las próximas horas a disposición judicial ante el juez en funciones de guardia y, cuando esté en libertad —lo que suele pasar siempre en estos casos—, podrá hacer lo que quiera con su botín, sin tener en cuenta si se trata de un valor sentimental para su enésima víctima. Venderá la joya y, en los próximos días, volverá a cometer el mismo delito, con el mismo modus operandi.

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