Todo listo para el juicio más mediático en València, el juicio contra Jorge Ignacio P.J., que empieza mañana en la sala Tirant lo Blanc I de la Ciutat de la Justícia de València. En él, se juzgará mediante un jurado popular al asesino de Arliene Ramos, Lady Marcela Vargas y Marta Calvo y de los intentados sobre otras ocho mujeres y se decidirá si es culpable o no. En juego hay tres condenas a prisión revisable por violaciones de todas ellas y por haberlas drogado con cocaína por vía genital a escondidas y bajo engaño.
'Modus operandi'
Las víctimas eran mujeres prostitutas, varias de ellas extranjeras, cosa que le iba bien al acusado porque era la vía más segura, según todos los escritos de las acusaciones pública y particulares, para lograr su objetivo final. Practicando sexo consentido por dinero se garantizaba tener a su disposición los cuerpos desnudos de las mujeres sin ningún tipo de problema. Y, además, contaba con la especial vulnerabilidad de las mujeres que están en situación de prostitución: ellas nunca denuncian agresiones y ataques.
El segundo paso del acusado era convencerlas de que consumieran droga, concretamente cocaína. Lo que no sabían era que les introducía la droga en roca de alta pureza por vía vaginal y anal. Aunque no siempre era así. A veces, si las víctimas no aceptaban drogarse, Jorge Ignacio las trastornaba hasta el desmayo con una sustancia no identificada que, según el cuadro de las víctimas, debía ser MDMA (éxtasis líquido). Esta droga se utiliza mucho en violaciones porque quien la ingiere sufre un borrado total de la memoria.
La "creación" del asesino en serie
Según explica El Periódico, todo empieza el 25 de julio de 2018 y se prolonga en 15 meses y medio más, hasta el 7 de noviembre de 2019, cuando acaba con la vida de Marta Calvo. El 4 de diciembre se entregó ante la Guardia Civil, después de que los investigadores lo identificaran y estuvieran a punto de dar con él para detenerlo, como único sospechoso de la muerte. Según él confesó que, tras el asesinato, decidió deshacerse del cuerpo de la joven, que todavía no ha sido localizado. Aseguró ante los investigadores que había descuartizado los restos y los había repartido por contenedores de la zona, aunque la Guardia Civil lleva buscando el cadáver desde entonces sin éxito.
Entre la primera víctima y la segunda pasan 5 meses. Y tres más hasta la primera víctima mortal. Arliene Ramos, una mujer brasileña de 32 años, agonizó durante 9 días en el hospital después del ataque de Jorge Ignacio en una casa de citas de València la noche del 25 de abril de 2022. Cuando las compañeras de Arliene acudieron en su ayuda, el acusado aprovechó para escaparse del piso, sin satisfacer su deseo: ver morir a la chica.
En la segunda muerte, la de Lady Marcela Vargas, una chica colombiana de 26 años, el acusado consiguió cumplir su deseo. La chica fue hallada muerta sobre la cama en la casa de citas de la avenida de la Plata de València donde se reunió con él. En el cuerpo de la víctima, se encontró un nivel de cocaína 20 veces mayor que el de una sobredosis voluntaria. También tenía señales de estrangulamiento.
"Depredador sexual letal"
Al cabo de 15 días se produce otro ataque, el de la víctima número 5. Entre la sexta y la décima, los ataques se reducen a dos o tres semanas de diferencia. Entre la novena y la décima, hay menos de una semana. Algunas de las víctimas murieron, otras se encuentran bajo tratamiento psicológico.
La noche del 6 al 7 de noviembre, lo intentó con dos mujeres más: las víctimas 2 y 9. Tras el asesinato de la chica de Estivella, y mientras su cuerpo aún estaba tendido en la cama, contactó con tres mujeres más en pocos minutos para atacar de nuevo. Un verdadero depredador sexual letal, como lo perfilan los criminólogos Vicente Garrido y Juan de Dios Varga.
El acusado se enfrenta a tres delitos de homicidio, once de abusos sexuales y un delito contra la salud pública. La Fiscalía pide una condena de 130 años de cárcel y la acusación particular eleva la pena a prisión permanente revisable.