"La he apuñalado con dos cojones" fueron las primeras declaraciones que el presunto asesino de Cristina hizo a los agentes de la Policía Nacional cuando estos llegaron al lugar de los hechos. El juez que instruye la causa por el asesinato de Cristina, la vecina de Zaragoza de 32 años, ha decretado prisión para el presunto asesino, Adil Lazizi, un hombre de 47 años, quien ya había estado condenado previamente por otro asesinato machista. El magistrado ha tomado la decisión después de comprobar los indicios que apuntan a Lazizi como presunto autor del crimen, así como las declaraciones que él mismo hizo a la Policía Nacional. 

Los hechos ocurrieron el pasado 30 de mayo en el rellano de un edificio de la calle de la Alegría, en el barrio de San José, en Zaragoza. Cristina, que vivía en ese mismo edificio, fue presuntamente asaltada por su vecino, Azil Lazizi, quien portaba un arma blanca. El investigado acuchilló múltiples veces a la víctima, que murió a causa del ataque. Los vecinos del edificio alertaron a la Policía Nacional al oír los ruidos derivados de la pelea; cuando llegaron los agentes, encontraron el cadáver de Cristina y, a su lado, al presunto asesino, que también estaba herido. El hombre fue trasladado al hospital, donde permanece ingresado, aunque ha prestado declaración ante los agentes y el juez. 

Las primeras declaraciones del presunto asesino, incriminatorias

Uno de los agentes que se personó en el lugar de los hechos aseguró que las primeras declaraciones del presunto asesino no dejaban lugar a dudas sobre su implicación en el crimen. Tal y como afirmó el agente, Lazizi afirmó haber "acuchillado con dos cojones" a Cristina, tal y como ha avanzado Telecinco. El Grupo de Homicidios, que se hizo cargo de la investigación de este asesinato, también ha revelado las contradicciones del acusado, así como las pruebas que tienen contra él. Todos estos indicios han sido suficientes para que el juez decretara el ingreso en prisión del investigado, una vez tenga el alta hospitalaria. 

Las contradicciones del investigado

El hombre acusado de haber acuchillado a la joven maña sostiene una versión de los hechos que nada tiene que ver con la realidad, según apuntan los investigadores. Lazizi afirmó a los agentes que la joven a quien presuntamente asesinó le "acosaba" y se le "insinuaba" constantemente, y que la agresión mortal fue en "defensa propia". La versión del investigado es que Cristina le había pedido en reiteradas ocasiones que se separara de su mujer y que, como él no le hacía caso, la noche del 30 de mayo la joven llamó a su puerta y le clavó un cuchillo en el abdomen, por lo que tuvo que defenderse. Fue en este instante cuando Lazizi afirmó a los agentes: "Por supuesto, la he apuñalado con dos cojones", según recoge Telecinco. También, cuando los agentes llegaron al lugar de los hechos, el investigado les dijo que tenían dos minutos para atenderle: "Me muero, me han matado". 

Esta versión de los hechos no concuerda con las heridas que presentaba el cuerpo de la víctima. Tal y como apunta la autopsia, fue Cristina la que se defendió del ataque, ya que su cuerpo presenta marcas y heridas en brazos y manos, compatibles con defenderse. Además, tal y como señala Telecinco, los amigos y familiares de Cristina han confirmado que la joven no tenía ninguna relación con su vecino, a quien ni siquiera conocía. 

La policía sospecha que el acusado mató a la víctima al no poder violarla

La Policía Nacional consideró desde un primer momento que el asesinato podía tratarse de un nuevo crimen machista, y su principal hipótesis es que Lazizi mató a la víctima al no poder violarla. Los agentes sostienen esta versión porque la escena del crimen revelaba que se había producido una lucha, ya que había sangre en las paredes, los muebles y el suelo. Además, dentro del inmueble encontraron objetos pertenecientes al sospechoso, y el arma blanca con la que se acuchilló a Cristina fue reconocida por la pareja de Lazizi. Si se confirma esta hipótesis, será el segundo crimen machista que Lazizi comete, ya que, en el año 2001, asesinó con el mismo modus operandi a una chica francesa que conoció en Madrid.