Macrooperación de la Guardia Civil en las comarcas del Segrià y la Segarra para detener e imputar a casi 60 personas que participaban de un entramado ilegal de reproducción y liberación de codornices exóticas en espacios de caza. Bajo la batuta de dos juzgados, de Lleida y Cervera, y la Fiscalía de Medio Ambiente, se ha desarticulado un grupo de empresas que aprovechando que se dedicaban a la cría de codornices por alimentación por, de manera paralela, colar en cotos de caza miles de ejemplares, una práctica ilegal, por el comportamiento de esta especia, que compite con las codornices autóctonas. Por su morfología, son más fáciles de cazar, un hecho que gusta a los cazadores. Sin embargo, los investigadores aseguran que los compradores de estos animales para ser introducidos en cotos de caza eran también engañados, ya que los productores hibridaban especies para evitar ser detectado el fraude.

El Seprona ha hecho más de 114 inspecciones en empresas productoras de codornices, intermediarios y cotos de caza en la demarcación de Lleida y han tomado más de 300 muestras biológicas para certificar que se trataba de una especie invasora. De los análisis se extrae que el 90% son de la especie invasora Coturnix japonica, que eran introducidas por estas empresas.

Dos años de investigación

Durante dos años se ha ido estirando el hilo del caso, repasando la trazabilidad de la producción de estos animales, hasta que han podido confirmar que se dedicaban a la cría de estos animales para ser introducidos de manera ilegal en cotos de caza de Lleida y de otros puntos del estado. La cría y la comercialización de esta especie de codornices está permitida para la venta destinada al consumo humano, pero está prohibido que sean introducidas en los cotos de caza al tratarse de una especie exótica invasora.

Fotos de l'operació Guatlla de la Guàrdia Civil / Cedida

La especie autóctona de la codorniz común (Coturnix coturnix) es muy apreciada para la actividad cinegética. No obstante, la codorniz japonesa, especie comercializada y distribuida por estas empresas, resulta ser hasta 10 veces más productiva y con características morfológicas muy parecidas, si bien se comportan de forma muy diferente del medio, siendo estas más pesadas y con menos movilidad y, por lo tanto, más fáciles de cazar. La operación ha sido coordinada por la fiscalía de la Sala de Medio Ambiente y Urbanismo de la fiscalía general del Estado. Las diligencias se han entregado a los juzgados de instrucción 1 de Lleida y al número 2 de Cervera, que se encargan ahora de la investigación.

Las empresas investigadas tenían un verdadero departamento de I+D para mezclar especies para evitar que los responsables de los cotos de cazado pudieran detectar que no eran las especies de codorniz autóctona, convirtiendo el delito ambiental también en una estafa a los compradores. El resultado del sentido e introducción sin control de la codorniz japonesa podría llevar a la desaparición de la especie autóctona, alertan a los expertos.