Nueva agresión sexual en la prisión de Quatre Camins, en la Roca del Vallès (Barcelona). Una funcionaria ha sido agredida sexualmente por un interno, P.S.S, de origen sudamericano, según ha podido saber ElCaso.com, y que ya había cometido actos similares con una psicóloga en el centro penitenciario de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona). De hecho, tiene un historial de ataques sexuales en tres centros diferentes. Al parecer, el recluso, mientras hablaba con las trabajadoras de prisiones, en diferentes ocasiones, empezó a masturbarse con la mano en la zona genital.
Sin ningún castigo por las agresiones sexuales a las trabajadoras de prisiones
Los hechos más recientes, la última agresión sexual, tuvo lugar el pasado jueves 30 de enero en la prisión de Quatre Comins, cuando el interno se masturbó con la mano en la zona genital mientras conversaba con una funcionaria del Departament d'Interior que hacía el recuento. A pesar del historial y este último ataque de carácter sexual, el recluso, ubicado al módulo MR-3, no tendrá, aparentemente, ningún tipo de castigo. La medida cautelar idónea o la acción de oficio después de los hechos, tal como explican fuentes cercanas al caso a este medio, tendría que haber sido separarlo del régimen ordinario, pero lejos de eso continúa al módulo de referencia.
Por otra parte, P.S.S. no solo tiene antecedentes con ataques sexuales a funcionarias en las prisiones catalanas. El pasado 18 de noviembre, se le intervinieron ochenta fragmentos de pastillas de Seroquel, un fármaco antipsicótico. En este caso, tampoco comportó ninguna consecuencia para él y continuaba, como ahora, en el módulo MR-3 sin ninguna medida cautelar adoptada al respecto.
Denuncian la inacción y el caos en las prisiones de Catalunya
Los sindicatos se preguntan qué habría pasado si P.S.S. fuera más allá y perpetrara una agresión sexual de carácter salvaje y violento contra una trabajadora. CSIF ha remarcado el caso más reciente de extrema violencia en las prisiones catalanas: el asesinato de la cocinera Núria por parte de un recluso. "Los centros penitenciarios catalanes se han convertido en un espacio de impunidad para los delincuentes", han asegurado, remarcando que "la excesiva permisividad fomentan las agresiones y la violencia intrainstitucional, sumiendo al sistema en una situación de caos absoluto".